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En clase con Lang Lang

14 niños que sueñan con ser grandes pianistas reciben los consejos de su ídolo en el Auditori de Barcelona

Lang Lang en la clase magistral con 15 niños en el Auditori de Barcelona
Lang Lang en la clase magistral con 15 niños en el Auditori de BarcelonaGIANLUCA BATTISTA

“Hay que mantener siempre el corazón abierto a la música”. Es uno de los sabios consejos de Lang Lang, la megaestrella del piano que ayer derrochó energía y buen humor en una clase magistral en la sala de cámara del Auditori de Barcelona ante 14 niños de 10 a 14 años que sueñan con ser grandes pianistas. No perdieron detalle de las explicaciones de su ídolo, que, entre bromas, risas y mucho teatro, les ayudaba a expresar sus sentimientos a través de la música. La maratoniana sesión, que fue seguida en la sala por centenares de jóvenes, en su mayoría estudiantes de música, puso fin a la segunda edición del Junior Music Camp, un encuentro internacional de nuevos talentos patrocinado por Allianz e impulsado por la fundación Lang Lang Internacional Music. 

Cuando pisa un escenario, el carisma y la popularidad del personaje marca las reglas del juego. Lang Lang siempre es Lang Lang, y lo demostró transmitiendo su pasión por la música con energía y buenas dosis de humor y fantasía. “Imagina que es una pintura y que tienes que pintar con sonidos una luna que se refleja en un lago”, le dice a Li Hao, un pequeño compatriota suyo de solo 10 años que ha escogido una canción popular china para su actuación y escucha embelesado las sugerencias de su ídolo.

Lang Lang usa todo tipo de imágenes, susurra, canturrea, da palmas, gestualiza y teatraliza las emociones que los alumnos deben descubrir en las partituras. “Me encantan los pianisimí que has hecho, pero ahora vamos a trabajar los crescendi”, le dice a la valenciana Mar Valor, de 14 años, que acaba de tocar el primer movimiento de la Sonata La Tempestad, de Beethoven”. Se sienta ante el piano y toca varios pasajes con un objetivo en mente: hacerle comprender la importancia de los contrastes dinámicos para dar vida a la pieza. Y la cosa funciona, porque Beethoven suena ahora con más intensidad.

Desde el pasado lunes, los 14 precoces talentos del piano de Reino Unido, Hungría, Italia, China, Croacia, Corea del Sur, Turquía, Irlanda, Estados Unidos, Polonia y España han recibido clases de prestigiosos maestros de la Hoschule für Musik und Theater de Múnich, han dado un concierto en un colegio de la ciudad y han tenido tiempo de hacer turismo –no han faltado las visitas a la Sagrada Familia y al Camp Nou- pero, sin duda, la cita estelar de la semana ha sido el encuentro personal con Lang Lang.

Con su madre sentada en la primer fila de la sala de cámara del Auditori, la estrella del piano, que en su último disco consagrado a Mozart toca de forma maravillosa tres sonatas y dos conciertos bajo la batuta de Nikolaus Harnoncourt, repartía consejos, la mayoría de las veces cantando las melodías y marcando el ritmo con palmas para enseñarles la importancia de seguir las indicaciones de la partitura.

Ante las notas atropelladas del londinense Alasdair Howell, de diez años, que tocó el primer movimiento del Concierto italiano, de Bach, el maestro le recomendó un poco de calma. “Escucha el valor de las notas, y no te adelantes. Y por favor, usa el metrónomo…de vez en cuando”. A veces, teatraliza al máximo las indicaciones, pero resulta convincente, especialmente cuando canturrea y remacha el valor de las notas y los silencios. Y cuando ilustra un pasaje del Preludio núm. 7, op. 23 de Rachmanivos que acaba de tocar la italiana de 13 años Greta Maria Lobefaro, las notas parecen mecerse en sus manos.

Lang Lang, que en 2012 ya impartió una clase magistral en Barcelona ante más de 400 alumnos de diferentes conservartorios catalanes, lleva adelante una intensa acción pedagógica a través de la fundación Lang Lang Internacional Music, creada en 2008 con el objetivo de educar y apoyar a las nuevas generaciones de intérpretes.

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