Fuerza y claridad de Russell Davies en Beethoven

Sigue el homenaje de la Orquesta Sinfónica de Galicia a Richard Strauss en su 150º aniversario. En su concierto de abono del viernes y bajo la dirección de Dennis Russell Davies, la orquesta coruñesa ha interpretado uno de sus grandes poemas sinfónicos, Don Quijote, con el concurso como solistas del violonchelista madrileño Pablo Ferrández y de Francisco Regozo, principal de violas de la propia orquesta.

Fue una versión de gran calidad, tanto por parte de los solistas principales, como de la orquesta. Russell Davies y el resto de solistas de la OSG estuvieron en su habitual línea de gran calidad. Ferrández mostró desde su primer solo un sonido con un brillo aterciopelado en el registro grave del instrumento, sedoso en el medio y delicadamente incisivo en el agudo. Su interpretación tuvo una expresión siempre cercana al desarrollo de cada episodio representado en la partitura straussiana. Fueron espléndidos los diálogos con la viola de Regozo. Especialmente, por dialéctica e intención expresiva, el de la tercera variación. Los que se desarrollan con el violín del concertino, Massimo Spadano, permitieron comprobar una especial compenetración entre ambos y una gran precisión y empaste de sonido.

La dirección de Russell Davies logró un gran rendimiento sonoro y musical de la Sinfónica en todas sus secciones desde la introducción misma. Fue notable el ambiente casi surrealista en las disonancias de los vientos representando el episodio de la lucha contra el rebaño de ovejas en la II variación. La brillantez de las batallas, el continuo contraste entre el drama y el humor más grotesco y el sentido recogimiento con que acompaña la muerte de Don Quijote en el sehr ruhig final redondearon una gran versión del poema sinfónico del compositor bávaro.

La OSG y Russell Davies cerraron el concierto del viernes con una solidísima versión de la Segunda sinfonía en re menor, op. 36 de Beethoven. La claridad de líneas de la edición crítica de Jonathan Del Mar, que pone en valor la esencia de la obra, permite una apreciación más certera de la misma por parte del auditorio. El director tocó el Larghetto con un tempo muy sosegado, lo que permitió gozar de toda su gracia y delicadeza poética, antes de la fuerza danzante del scherzo, la gracia misteriosa de su Trio y el vigoroso dinamismo de su Allegro molto final.