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Liars, valientes mentirosos

La banda neoyorquina visita Madrid por primera vez en ocho años, un tiempo en el que han cambiado de estilo en varias ocasiones

Aaron Hemphill y Angus Andrew, los dos componentes de Liars en una imagen tomada el pasado agosto.
Aaron Hemphill y Angus Andrew, los dos componentes de Liars en una imagen tomada el pasado agosto.

Hace cuatro años, los miembros de Liars decidieron aislarse del mundo. Literalmente. La banda neoyorkina afincada en Los Ángeles se encerró a componer su sexto álbum, WIXIW, y a probar nuevas cajas de ritmos, sintetizadores y demás cacharrería de música electrónica hasta el punto de que en sus vidas dejó de existir nada más. Fue una desconexión total con la ciudad en la que vivimos”, contaba la semana pasada desde un aeropuerto en Berlín Angus Andrew, guitarra y batería.

En una hora tomaría un avión a Suiza para dar el siguiente concierto dentro de la gira de presentación de su último trabajo, Mess, que ya les ha llevado por todo el planeta y con el que recalan esta noche en la sala Joy Eslava de Madrid. Es su primera visita a la ciudad en ocho años.

“Durante aquel tiempo nos convertimos en una especie de ascetas que no sabían lo que se llevaba en Los Angeles, ni su cultura, ni su música. Nada”, continúa el músico. El resultado fue un conjunto de canciones que no sonaban a ningún otro grupo, ni siquiera a ellos mismos. Algo que, por otro lado, sucede con cada disco que lanzan, también el último. “Intentamos que lo que nos sale suene puro. Es curioso: cuando me preguntan por nuestras influencias siempre digo que las tenemos, porque escuchamos mucha música, pero las guardamos en un cajón para que eso que nos gusta no interfiera lo que creamos”, argumenta.

Con este disco la gente baila más que nunca en nuestros conciertos

Es una forma de explicar el sonido de una banda que jugó al desconcierto ya desde su segundo disco, y ya van siete en los últimos 13 años. Comenzaron con un estilo que los emparentaba con otras bandas de Nueva York que surgían en aquel momento como The Strokes o TV on the Radio, con una reinterpretación del rock que muchos medios especializados de la época dieron en llamar “nueva esperanza del género”. Se pasaron de optimistas, porque estos dos últimos han ido descafeinando su sonido hasta ser prácticamente irrelevantes hoy en día en la escena musical, y lo que hacen Liars tiene muy poco que ver con aquellos guitarrazos de sus inicios.

Su propuesta ha ido virando hacia lo electrónico con cada disco (sin abandonar su poso punk) y en Mess apenas hay rastro ya de instrumentos analógicos. “En ningún momento nos sentamos y decidimos abandonar las guitarras. Nos chifla componer, es lo que más nos gusta de todo lo que hacemos, y por eso investigamos siempre con nuevos sonidos. Ahora queríamos ver hasta dónde éramos capaces de llegar con aparatos electrónicos, un mundo que siempre nos fue bastante desconocido. Creo que con Mess ya lo hemos comprobado. Tal vez volvamos a los instrumentos analógicos en el disco que viene, quién sabe…”.

Lo cierto es que en Mess hay experimentación, pero se nota poco. Y no porque le falten temas enrevesados, sino porque suena a una banda con un domino absoluto de la electrónica, como si llevaran haciendo esta música desde antes de aprender a andar. “Hay sonidos más sintéticos que nunca, también bailables, pero no queremos que se tome nuestro álbum como una fiesta, queremos que la gente se quede con las canciones”, reflexiona Andrew.

Se encerraron
como anacoretas
en 2010 y salieron
conún sonido nuevo

Lo que no evitará que el respetable gaste mucha suela hoy en la sala Joy Eslava, algo que ya ha sucedido en las decenas de conciertos que han dado desde que lanzaron Mess el pasado marzo. “Es cierto que la gente siempre se ha movido con nosotros, pero con este disco bailan más que nunca. No nos parecen mal, aunque yo soy de los que prefieren que te escuchen a que te bailen. En cualquier caso siempre es bueno, transmite mucha energía verlos pasándoselo bien y sobre todo nos transmite seguridad”.

Algo que no les viene nada mal a unos músicos que, aunque llevan más de una década pateando escenarios, aún hoy se ponen nerviosos en cada concierto. “Supongo que es algo que va con nuestra personalidad, necesitamos repasar todo mil veces antes para asegurarnos de que va a ir bien, como si fuera la primera vez”. Es lo que tiene reinventarse con cada disco. “Sí, siempre es como empezar de nuevo”, remata Andrew.

Liars. Hoy a las 21:00. Joy Eslava (Calle Arenal, 11). 20 euros

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