Boxeo y salas
El actor interpreta a un policía de la obra ‘Lluvia constante’ en los Teatros del Canal
1. Teatros del Canal. Pocas veces se encuentra en Madrid una organización tan impecable. Todos trabajan a una, lo que hace muy fácil la labor para los actores, directores, técnicos… Lo digo por experiencia, ya que ahora estamos aquí representando Lluvia constante. Es un teatro en el que te sientes como en casa y la programación es deliciosa (Cea Bermúdez, 1).
2. Escuela de teatro Cristina Rota. Es más conocida como la sala Mirador. Es también el lugar donde una gran cantidad de sueños se me hicieron realidad. Cada vez que subo a sus tablas, el aroma de Cristina impregna las cuatro esquinas del escenario (Doctor Fourquet, 31).
Tele y cine, pero también teatro
Roberto Álamo (Madrid, 1970) reconoce que no le gusta mucho salir. Prefiere la tranquilidad del hogar, estar con su familia y disfrutar de su guitarra y su filmoteca. “Estoy demasiadas veces fuera debido a mi trabajo. Cuando estoy en Madrid prefiero quedarme en casa”, asegura el actor, ganador del Goya a mejor actor de reparto por ‘La Gran Familia Española’ y conocido por su papel de médico en la serie Águila Roja. Hasta el próximo domingo 26 de octubre, se subirá a las tablas de Los teatros del Canal junto a Sergio Peris-Mencheta para interpretar a un policía en la obra ‘Lluvia Constante’.
3. La escuela de Boxeo. Durante un par de años de mi vida tuve que aprender a boxear para interpretar el papel del famoso boxeador vasco José Manuel Urtain. Mi amigo Jero, maestro de la escuela, y todos sus alumnos me hicieron entender a fondo el verdadero significado de la palabra sacrificio (Hilario Sangrador, 8).
4. Mi hogar. Mi ventana, mi llave, mis amores, mi mar, mi luz, mi equilibrio. Todo esto conforma mi hogar, el lugar donde realmente me siento en paz. No necesito nada más.
5. La casa de David Serrano. El lugar en el que, decenas de veces, David, director de la obra Lluvia Constante y amigo mío desde hace más de 15 años, me ha dado muestras de su cariño, de su lealtad, de su sentido del humor y del amor. Es un sitio en el que me siento tranquilo y donde voy a cenar, a charlar o a tomar algo.
6. El Parque de la urbanización Miramadrid. Está en Paracuellos del Jarama, donde vivo. Es el lugar en el que he visto a mi hijo reír, jugar y crecer. Es donde aprendió a andar. Ahora, con dos añitos y medio, empieza a subirse solo a los columpios. Este lugar siempre será especial para mí.
7. Un acantilado cercano al parque. Es mi lugar secreto. Desde allí, sentado, veo algunos atardeceres y cómo los aviones del aeropuerto de Barajas llegan y se van, como las buenas ideas. Algunas tardes de soledad me voy a ese acantilado con la moto y allí me relajo. Toco la tranquilidad.
8. Colegio Nuestra Señora de la Luz. Aquí pase tantas y tantas horas, días y años de mi infancia. Aquí aprendí que había adultos que sabían comunicar las cosas buenas de la vida, como la cultura. Cada día demostraban que amaban la educación. Sin embargo, es donde supe que también había otro tipo de adultos, los que no tenían ningún tipo de interés. Un contraste que percibí siendo solo un niño (Bismuto, 1).
9. Plazuela de Antonio Vega (Malasaña). Lo elijo porque su música, entre otras pocas, ha hecho de mí lo que soy. Eduardo Galeano dice que utopía es aquello que nos hace seguir avanzando. Eso es para mí Antonio Vega, alguien que con su arte todavía me hace avanzar. Todavía se siente su música en las calles de Madrid.
10. Makinostra. Es una tienda de Harley Davidson y donde yo me compré mi moto. Me hice especialmente amigo de uno de los dependientes, Marcel. Delicioso, culto, amante del cine. Muchos días que tengo un rato libre y estoy por el centro me acerco a tomarme un café con él.
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