Dorian Wood, en primera línea

Lo tiene todo para convertirse en uno de los nombres de referencia del pop internacional: carisma, imagen, una voz portentosa y un puñado de referentes (Antony Hegarty, Tom Waits, Scott Walker, Nina Simone) que sitúan su propuesta en ese punto intermedio entre el pop de cámara y la apelación a un público más transversal que podría sentirse atraído por el puñado de connotaciones arties que detenta. Por si fuera poco, su directo es de auténtico órdago, tal y como tuvo oportunidad de comprobar el público valenciano en el concierto que ofreció a principios de este año en el Espai Rambleta, dentro de una extensa gira hispana.

Ahora vuelve de nuevo al mismo recinto que entonces, pero lo hace con una formación ampliada (habrá piano acústico, por ejemplo) y en la nueva sala ubicada en el sexto piso del complejo cultural de la Ronda Sud, La Cambra. Rattle Rattle, en 2013, fue su estupendo último trabajo. Un álbum en el que sobresalía el tema La cara infinita y su impactante clip. Y Down The Dirty Roof, es su notable último EP.

Norteamericano de padres costarricenses y nicaragüenses (domina perfectamente el castellano), es Dorian Wood uno de esos talentos naturales que vierten su ingenio de forma torrencial. De esos que no se reproducen por generación espontánea sino con la eventualidad de las grandes nombres de cabecera. Artista en el más amplio sentido de la palabra, su sola presencia inunda por sí misma el escenario. Así que se hace difícil pensar en que la cita de esta noche pueda defraudar a nadie.