Madrid, el momento es ahora
Los tiempos políticos se aceleran. Los marcos de oportunidad aparecen, pero si no se aprovechan, terminarán cerrándose por mucho tiempo
Vivimos en una región donde la gente percibe que paga y debe más, pero recibe menos y vive peor que hace cuatro años.
El ciclo del PP está agotado, carece de proyecto político tras el fracaso olímpico y de Eurovegas. Es un Gobierno con falta de liderazgo que se encomienda a la iniciativa privada de una élite que está saqueando nuestra región de la mano de las privatizaciones.
El debate del estado de la región es buena prueba. Nunca un presidente tuvo que fabular tanto para tratar de presentar resultados a la ciudadanía. En realidad, habría que decir que mintió. Su radiografía fue un guión inventado. En Madrid se sigue destruyendo empleo, aumenta la precariedad laboral, se deterioran los servicios públicos, la sanidad y la educación públicas ceden terreno al negocio privado, crece la exclusión social, hay más pobres, la gente sigue sufriendo desahucios, se abandona el medio ambiente, la investigación y la ciencia son asignaturas menores y la red de protección social se reduce a su mínima expresión.
¿De qué sirve tanta propaganda? Para ganar tiempo, hacer méritos ante su partido, pidiendo a gritos que Rajoy le proponga de nuevo candidato, y despistar a la gente. Pero no lo conseguirá.
Asistimos a una rápida disolución de la condición social del Estado por parte de una élite empresarial y política, que en Madrid impulsa un modelo incapaz de generar riqueza y que solo busca poner nuestros salarios y servicios públicos a su servicio. El Gobierno regional ya no es capaz de generar consensos y de articular su hegemonía a través de las políticas legitimadoras de antaño, e impone un bloqueo a la realización de las aspiraciones de nuestra sociedad, en especial, de las generaciones emergentes. Madrid debe hallar el lugar que le corresponde como gran región europea, frente a proyectos políticos que han fracasado, en el reto histórico de avanzar hacia el futuro.
En un mundo que afronta en las próximas décadas formidables retos por el agotamiento de los recursos naturales y la crisis ecológica, la única forma de mantener un nivel de vida digno será hacer más con menos. Y esto sólo pasará en las sociedades con organizaciones productivas y marcos institucionales capaces de ello.
Pero esos objetivos son imposibles si se sale de la crisis a costa de las y los jóvenes o de quienes viven de su trabajo, pensión o pequeña empresa. Es preciso un cambio de gobierno central, autonómico y municipal. En Madrid, se nos presenta como una necesidad cercana y en el imaginario del pueblo madrileño y de las gentes progresistas aparece una idea: ganar Madrid, gobernar Madrid. Un objetivo que comienza a movilizar a una mayoría social golpeada por la crisis. La mayoría de la población está de acuerdo en objetivos de mínimos que son bloqueados por unas instituciones en manos de los partidos culpables de las políticas de austeridad contraria al interés general. Partidos que representan a una élite y a un bloque de poder que ha sobrevivido al generar durante décadas una sensación en la ciudadanía de que no hay alternativa.
Para derrotar ese sentimiento, es necesario pensar en términos de mayorías sociales, que no se van a articular en torno a una mera propuesta de suma de siglas donde el debate de los nombres se imponga al de las ideas. Sin proyectos serios, las sumas restan. La única suma que cuenta para ganar y gobernar Madrid es aquella que consiga generar un escenario de cambio inevitable. Un escenario que haga que la familia a la que le han quitado el pediatra o una persona que ha perdido su trabajo tenga ilusión en que puede recuperar la política y con ella cambiar las cosas.
Para ganar Madrid es necesario un proceso de convergencia que debe contar con todos los sectores sociales y políticos dispuestos a cambiar Madrid, a construir proyectos y programas que tengan posibilidad de ser gobierno en 2015. Una convocatoria que haga sentir a las mayorías sociales como las verdaderas protagonistas del cambio, lo que nos obliga a avanzar hacia modelos de participación donde puedan decidir los sectores y personas afectadas por la crisis, y no sólo quienes dedicamos más tiempo al activismo social o político, o más relevancia social tengamos por ello.
Los tiempos políticos se aceleran. Los marcos de oportunidad aparecen, pero si no se aprovechan, terminarán cerrándose por mucho tiempo. Es la hora del cambio, es el momento de ganar Madrid para las personas.
Eddy Sánchez es coordinador regional de IU en Madrid.
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