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Os Diplomáticos y Heredeiros se reúnen quince años después

La presencia de los dos grupos dispara la venta de entradas para el festival Revenidas de Vilaxoán

Formación actual de Heredeiros da Crus
Formación actual de Heredeiros da Crus

La coincidencia en el mismo día en un festival de las bandas Heredeiros da Crus y Os Diplomáticos de Monte Alto, los dos grupos que lideraron el rock gallego en los noventa, podría parecer a muchos el cartel habitual de un evento pero sorprendentemente constituye un hecho inédito en Galicia. “Solo hubo una vez que tocamos juntos Heredeiros y Diplomáticos y fue hace años en Madrid en la Sala Caracol, pero nunca en Galicia”, recuerda Rómulo Sanjurjo, acordeonista de Os Diplomáticos con fama entre sus compañeros de tener muy buena memoria. En concreto, Sanjurjo hace una consulta con su técnico y todavía afina más: “Ese día fue un 26 de noviembre de 1999 y era un viernes”.

Casi quince año después, el Festival Revenidas de Vilaxoán de Arousa, que comienza este sábado, vuelve a tener a estos dos grupos como gran reclamo encabezando su cartel. Revenidas, que empezó siendo simplemente una sardinada y toma su nombre de la forma que llaman en esta zona a las sardinas asadas, se ha convertido en los últimos años en la gran reserva del rock en gallego. En medio de los arraigados certámenes dedicados al folk y de la invasión imparable de festivales “indies”, Revenidas ha sabido buscar su hueco, trazar su propia personalidad y demostrar que el rock cantado en gallego puede ser una gran oportunidad para celebrar un festival y no un obstáculo. Poco a poco, y no sin sufrimiento, han llegado hasta la undécima edición que se celebrará desde este viernes, después de haber realizado un cambio en el calendario desde sus fechas habituales en el mes de julio. “Hubo diversos obstáculos y contratiempos con algunas instituciones que ya están superados”, apunta con diplomacia el director del festival Xoán Quintáns, que después de superar las adversidades afronta ilusionado la nueva edición. Parece que la espera ha valido la pena y que esta edición va camino de convertirse en la más concurrida de las celebradas hasta el momento.

“El ritmo de entradas va mejor que nunca y hemos rebasado ya los mil abonos vendidos, el triple que el año pasado a estas alturas, además se prevé muy buen tiempo y eso anima a la gente”, explica el director del festival, desde el meollo del montaje de este evento que el pasado año reunió a 6.000 espectadores y este año lleva camino de superar esta cifra. Hasta el jueves a las 12 de la noche el abono para los dos días valía 18 euros y desde el viernes valdrán 22 euros en taquilla, aunque quien desee asistir por día podrá pagar 15 o 10 euros según la jornada.

La idea en torno a la que gira la programación del festival son los veinte años del nacimiento del llamado movimiento bravú. “En teoría, Heredeiros siempre se desmarcaron del rock bravú pero en realidad el público casi no percibía esa distinción en ese momento. Entre Heredeiros y Diplomáticos siempre hubo una sana rivalidad pero como casi nunca coincidieron el público deseará verlos”, apunta el periodista Rodri Suárez, buen conocedor de la historia de Os Diplomáticos, que acaba de plasmar en el libro “No temos medo”, que va por su segunda edición y también se presentará en la tarde de este viernes en el festival.

Además de estas dos bandas que actuarán el viernes, el cartel tendrá otros alicientes como la presencia de Os Rastreros de Chantada, otro grupo histórico del rock bravú que hace contadas apariciones o Ultraqans, formado por algunos de los antiguos componentes de Papaqueixos. El cartel lo completarán hasta veinte actuaciones diferentes, con muchas interesantes formaciones que se pueden considerar herederos directos de la filosofía bravú como Sés, Terbutalina, Familia Caamagno, O Leo o los contundentes Nao.

Vilaxoán se prepara para afrontar tres días muy intensos hasta el domingo, pero al contrario que otros festivales, el día grande es el primero y el festival se va suavizando a medida que avanza para hacerse poco a poco más cercano al disfrute familiar.

El viernes será el gran día musical, el sábado el día más popular con la sardinada y apto para todos los públicos y el domingo está pensado en los niños, con circo o pasacalles.

Todo se distribuirá entre los escenarios xouba, o escenario sardina. El festival incluye este año la feria Revenidas, en la que habrá más de treinta espacios donde poder comprar desde música a libros, pasando por encuentros, coloquios o competiciones de billarda. “Esto es una mezcla de fiesta tipicamente gallega con vocación de ser familiar y para todos los públicos, con una parte de día y otra nocturna”, explica el director del evento, que finaliza bromeando con una definición del festival: “casi somos un mini-culturgal”.

 

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