Lluvia sin mucha gracia
La selva de Verdi y los zombis de Progrés, entre los favoritos de las fiestas del barrio
Las predicciones meteorológicas hablaban de lluvias para la tarde de ayer pero en la calle de Verdi llovía desde la noche del jueves. Un sistema de riego escondido entre unas nubes daba un ambiente aún más húmedo a la selva Amazónica, el tema que este año ha escogido la eterna favorita del concurso de decorados de la fiesta mayor de Gràcia. A juzgar por las caras de los visitantes que ayer se arriesgaron a visitar las calles a pesar de la lluvia (la de verdad), la batalla por el primer premio puede ser una pelea entre tucanes y zombies, estos últimos los protagonistas de la calle de Progrés. El veredico se conocerá mañana, en una ceremonia en la plaza de la Vila.
El cocodrilo, el oso perezoso y los tucanes de la puerta de acceso a Verdi, que también cuenta con una cascada de agua natural, eran uno de los elementos más fotografiados. Este año, la comisión de la calle también ha optado decididamente por la utilización de materiales naturales como complemento del trabajo con el reciclaje. Cientos de piñas de pino le dieron vida a aves, cortezas de árboles y otros animales, menos llamativos tal vez pero donde se nota la entrega y el trabajo de meses y meses de los vecinos. “Queremos transmitir que las decoraciones cuestan mucho de hacer y que queremos que la gente aprecie el trabajo”, explica Sergi Font, presidente de la comisión.
Verdi tiene ganas de volverse a llevar el primer premio del concurso. La última vez que se alzó con él fue en 2013, cuando se convirtió en el mundo del lejano oeste. Curiosamente allí eran unos indios los que llamaban la lluvia con una danza, que también funcionaba como un aspersor. Tal vez atraiga la suerte.
El agua que cayó ayer sobre la ciudad puso en alerta a muchos vecinos. En Joan Blanques de baix de tot, que recreaba el cuento Roald Dahl Charlie y la fábrica de chocolate, algunos de los vecinos pinchaban el techo con un punzón para evitar que el peso del agua lo tirara abajo y se llevara por delante a Violet Beauregarde, convertida ya en un gran arándano azul o a los laboriosos Oompa Loompa que también colgaban del techo.
La mayoría de las figuras están hechas de tela de gallinero, papel de periódico y pintura, entre otros materiales poco resistentes al agua. Al cierre de esta edición, con el incremento de las precipitaciones, algunas decoraciones ya estaban afectadas, aunque “nada de gravedad”, según un portavoz de la Fundación Festa Major. En la calle Progrès sufrían por las caras de los casi 50 zombies que convierten la calle en una verdadera película de terror, con lloros de niños incluidos. Los jurados del concurso ya habían hecho una ronda de visitas por la mañana pero aún estaba pendiente la de la noche, donde se evalúa la iluminación de la calle.
Otros que miraban el cielo con temor eran los debutantes del concurso, la comisión de Travessera de Sant Antoni. Un grupo bastante joven que se embarcó en el berenjenal de decorar la calle a principios de año, explica Elena Milego, de 20 años. Tras recoger las firmas necesarias de los vecinos (que se tienen que posicionar a favor o en contra) se pusieron a recoger el dinero a través de paellas populares, calçotadas, mexicanadas (veladas con comida mexicana)... Y a comenzar con las manualidades.
“Ha sido difícil calcular el ritmo de los trabajos y el impulso del final ha sido muy duro, pero estamos muy contentos. Somos muy jóvenes y teníamos poco tiempo libre”, asegura Milego, que como el resto de las vecinas tiene un punto rojo en la frente, como algunas hindú. La figura de la que están más orgullosos son el inmenso elefante rojo, con los pies cruzados, que da la bienvenida a los visitantes.
¿Y el motivo de Bollywood? Milego explica que, en las reuniones semanales en un bar de la calle, surgió la idea, inspirada en la boda india que se realizó en el MNAC en diciembre del año pasado y que levantó críticas por la mercantilización del patrimonio de la ciudad.
Visitar los decorados con las manos
Por segundo año consecutivo, la Once realiza visitas guiadas para invidentes por algunas de las calles decoradas de Gràcia. El turno hoy es para la calle de Berga que ha escogido como tema para engalanar su calle la capital de la comarca del Berguedá. “Es un homenaje al pueblo que le da el nombre a la calle, pero también a una vecina muy comprometida que murió hace un par de años y que era muy patriota de su tierra”, explica Montse del Castillo, presidenta de la comisión de fiestas.
En la ruta para invidentes, que se ofrece para una 25 personas, permite disfrutar de una manera particular de la fiesta y los decorados. “Les damos la posibilidad de que puedan tocar las figuras y les vamos explicando los materiales”, agrega del Castillo.
Las manos de las personas con problemas de visión podrán ver varios muñecos de recolectores de setas, un tamborilero, viñas, capgrossos... "Aunque sigues usando los mismos materiales de siempre, a la hora de diseñar piensas en que personas ciegas también disfrutarán del decorado", finaliza la responsable.
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