Sensual hipnotismo

En la India existen otros artistas mucho más capacitados incluso en el campo del sitar. Pero ninguno ha conseguido conectar con la sensibilidad occidental como Anoushka Shankar. Lo ha heredado de su padre, el gran Ravi Shankar, pero Anoushka siempre ha tenido un pie en cada cultura. Nació en Londres, pasó su juventud en California, está casada con un cineasta británico y vive entre Estados Unidos, Londres y Nueva Delhi pero estudió con su padre los entresijos de la música clásica indostaní y los domina como pocos. Seductor cruce de culturas.

Si en su última visita a Barcelona la sitarista llegó impregnada de flamenco, esta vez la nota dominante fue indostaní. Basándose en la música clásica del norte de la India y añadiendo toques occidentales, Shankar fue desgranando un puñado de melodías a cual más sensual e hipnótica. Se basó en temas de su aún reciente Traces of you para concluir con el mesmerizante Chasing Shadows en una explosión de vitalidad y virtuosismo compartido con alguno de sus músicos (magníficos el intérprete de shenai Sanjeev Shankar o el percusionista Manu Delago).

El sonido de Shankar es transparente pero con momentos de bravura (ahí recuerda a su padre). Su sitar, siempre en la tradición, permite toques de violonchelo y piano minimalistas o percusiones electrónicas coloristas que lo envuelven con delicadeza. Y ella elevándose siempre.

Al final recuperó Unsaid, que escribiera con su hermanastra Norah Jones en memoria de su padre. Un delicado dúo entre su sitar y la voz y el piano de Ayanna Witter-Johnson. Magnífico broche intercultural para uno de esos conciertos a los que debería asistir todo aquel que dice no estar interesado en la música india; cambiaría de opinión.