La sombra de Millet ‘preside’ las elecciones del Orfeó Catalá
Mariona Carulla, que se presenta a la reelección, se enfrenta a Pau Duran el 24 de julio
El Orfeó Català, la asociación propietaria del edificio del Palau de la Música, encara sus segundas elecciones con el caso Millet —el desfalco de 35 millones de euros a manos del fue su presidente, Félix Millet y su mano derecha, Jordi Montull— todavía como telón de fondo. No solo porque el Palau todavía no puede pasar página hasta que se cierre el caso judicial, sino también porque los dos candidatos a presidir el Orfeó, Mariona Carulla y Pau Duran, son personas vinculadas a la etapa de Millet. La presentación de los dos programas, el pasado jueves, estuvo plagado de referencias a Millet. Unos se referían al “lío del dinero” y otros al “fatídico día de la entrada de los mossos”. Rencillas, desconfianza y reproches entre socios, afloraron en las preguntas tras las presentaciones de ambas candidaturas.
Carulla, que fue vicepresidenta del Orfeó Català durante 15 años cuando lo presidía Millet, asumió interinamente la presidencia tras el estallido del caso, el 23 de julio de 2009. En noviembre de 2010, el Orfeó Català celebró las primeras elecciones y Carulla las ganó. Ahora, vuelve a encabezar una de las listas que se votarán el 24 de julio. Afirma que se ha vuelto a presentar para consolidar el modelo de gestión que se articuló hace dos años. “Creemos que ha servido para recuperar al Palau tras el escándalo y ha sido clave para aumentar los ingresos y visitas y eso hay que asegurarlo”, explica a este diario. “Lo que está en juego es mantener un modelo de éxito o volver al pasado más oscuro”, concluye.
Duran, el otro candidato, fue el extesorero de la Asociación del Orfeó Català cuando Millet hacía y deshacía a su antojo y expoliaba fondos de la propia Asociación. Estuvo inicialmente inculpado en el proceso —su nombre estaba en la querella que presentó la fiscalía— y, tras prestar declaración, fue exculpado por el juez Juli Solaz que consideró que no tuvo “intervención alguna” en las desviaciones de fondos de la asociación del Orfeó Catalá. Su firma no estaba en ninguno de los documentos que se utilizaron para el desfalco ni en las cuentas corrientes. Pero tampoco facilitó el trabajo de las auditorías que se realizaron para determinar el expolio, recuerdan quienes trabajaron en aquella época. Hay quien ve en la candidatura de Duran la sombra de Millet porque uno de los puntos centrales de su candidatura es desmontar la estructura de gestión actual y devolver el control a la Asociación del Orfeó Català.
Al ser preguntado por su vinculación con Millet, Duran lo niega: “yo obré mal como tesorero pero ahora no tengo nada que ver con él”. Y añade que si gana, la postura judicial del Orfeó Catalá será la misma que la actual: “exigiré que restituya el dinero”. Según él, también acusaría a CDC, el partido al que fueron desviados 5,1 millones de euros en forma de donaciones de Ferrovial al Palau y por el que CDC tiene embargada su sede central. Gabriel Sagarra, interventor de la candidatura de Duran, tiene un despacho de arquitectura técnica en l’Ametlla del Vallès —localidad donde Millet tiene una residencia— y reconoce que su despacho ha trabajado para una de las sociedades de Millet: “Hace años, hicimos cuatro cédulas de habitabilidad y modificaciones catastrales sobre algunos pisos, aceptamos un encargo profesional como otros”. Sagarra niega tener ninguna relación más con Millet.
Carulla esgrime la buena salud del Palau y Duran acusa las actas de 2010 de falsas
El Palau de la Música ha conseguido rehacerse tras el fiasco y, actualmente, tiene unas cuentas saneadas: “Aquí se mira hasta el último euro y creo que somos una de las instituciones más auditadas de Barcelona”, apunta Joan Oller, director general del Palau, que no quiere entrar en la contienda electoral: “mi cometido es otro”. El suyo pasa por diseñar la programación y, a la vez, por obtener los mejores resultados. Frente a otros grandes equipamientos de la ciudad con números en rojo, el Palau tiene unas cuentas saneadas. “La situación económica ahora es equilibrada y hemos aumentado el número de espectadores [de 94.000 en 2011 a 157.000 en la temporada ahora cerrada] y en un año han incrementado un 15% los abonados”, explica. Los espectadores e ingresos por el alquiler de las salas a promotores externos, por el contrario, han bajado de 327.000 espectadores en 2011 a 159.999 en la pasada temporada. Oller considera que el Palau tiene que seguir en la línea de aumentar los ingresos por la programación propia y, probablemente, ese objetivo tiene que ver con el incremento de conciertos para esta temporada a 109.
Carulla presenta la buena salud del Palau como mérito de su gestión al frente de la Asociación del Orfeó Catalá y como presidenta de la Fundació que lo gestiona. Duran, su oponente, niega algunas de las cifras pese a que no niega la buena marcha general. Carulla cree que el actual funcionamiento responde a una estructura moderna de gestión —muy parecida a la de otros grandes equipamientos de la ciudad, como el Liceo—, mientras que Duran reivindica que el Orfeó Catalá recupere la esencia de la asociación y no duda en poner como modelo el Barça o el RACC. “Estamos convencidos de que se pueden ampliar los socios, hasta 25.000, y que éstos tengan un mejor trato por parte del Palau, con espacios reservados y descuentos en los conciertos”, afirma Duran. Beligerante, no duda en acusar a su oponente de ponerle trabas para acceder a información. Ha impugnado la modificación de los estatutos y las actas de las elecciones de 2010 porque, dice, “son falsas”. La última palabra la tendrán el 24 de julio 1.225 socios del total de 1.780 asociados al Orfeó Català, los que tienen más de dos años de antigüedad.
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