“Hay menos espíritu de sacrificio”

Eusebio Sacristán (La Seca, Valladolid; 1964) enseña con orgullo su despacho en la ciudad deportiva del Barcelona. Vivió como jugador la época del Dream Team y estuvo como asistente en la etapa de Frank Rijkaard. Hace tres temporadas que se sienta en el banquillo del Mini Estadi y en este curso igualó la mejor clasificación histórica del filial en Segunda A (tercer puesto). Eusebio es un hombre de la casa. Didáctico y sobre todo prudente, razona cada palabra.

Pregunta. ¿Qué es lo que le hace perder la calma?

Respuesta. Cuando pienso que hay alguna injusticia, situaciones en los entrenamientos o en los partidos. Hay determinadas actitudes que no me gustan, por ejemplo, cuando un jugador tiene un comportamiento individualista. Ahí sí que me rebelo un poquito.

P. ¿Hoy en día los jugadores son más individualistas?

R. En mi época, llegabas al fútbol con la idea de buscar una solución para tu familia y entendías rápido, más allá de alguna actitud individualista, que necesitabas del equipo para conseguir tus objetivos. En ese entonces, la compensación era más grande que la de ahora, por mucho que ahora la gente pueda tener grandes contratos. Hoy en día, casi todo el mundo tiene una vida más o menos cómoda.

P. Ahora les cuesta más a los jugadores entender el espíritu colectivo?

R. Cuesta más porque hay menos espíritu de sacrificio. Es fundamental que los chicos entiendan el concepto de solidaridad. Sobre todo en un equipo como el nuestro en el que no tenemos objetivos como el ascenso o la promoción. Lo importante es que los chavales comprendan que cuanto más sentido colectivo y más generosidad tengan, la recompensa en lo individual será mayor.

P. ¿Esperaba al principio de la pasada temporada acabar en tercera posición?

R. Cuando empieza la temporada siempre pienso en quedar campeón. Las posibilidades que tiene un equipo como el nuestro son ilimitadas. Nunca sabes lo que pueden dar de sí jugadores como Samper, Sandro, Munir y Adama, ni el tiempo y proceso en el que alcanzarán un rendimiento alto. ¿Qué sería de este equipo dentro de tres años? Si en lugar de tres años, aceleras el proceso y consigues que su rendimiento sea alto en uno, entonces las posibilidades son enormes. Y hay que trabajar en ellas.

P. ¿Es muy difícil manejar la ansiedad de estos chicos?

R. No hay que crearles ilusiones poco consistentes. Aquí si el proceso se lleva bien, es muy natural. Estás trabajando en el filial y cuando el primer equipo te necesita, echa mano de ti y luego vuelves a tu sitio. Lo complicado es cuando pasa al revés, cuando el primer equipo te lleva y luego llega un momento que no estás y vuelves a bajar al filial. Eso es lo que a ellos les hace mucho daño porque su mente se empieza a preparar para algo más grande y cuando ven que no se da, es como que han fracasado.

P. ¿Cómo se controla eso?

R. Los procesos hay que seguirlos con mucho tiento. En su momento, cuando estaba con Frank Rijkaard, seguimos el proceso de Messi, pero también tuvimos otros casos como el de Oriol Riera. Hay que tener cuidado. Cuando haces una elección para el primer equipo la tienes que hacer madurada. Porque si las haces precipitada generas muchas expectativas, no solo en el jugador sino en todo el entorno, y el Barça es un listón muy alto. Se tiene que llegar al primer equipo a través de un proceso de madurez.

P. ¿Le sorprendió que Sergi Roberto no tenga muchos minutos en el primer equipo?

R. Era un momento difícil del primer equipo con todo lo que ha vivido. También el Barça ha tenido un grupo de jugadores muy consolidados en el centro del campo, en el mejor momento de sus carreras. Entonces, lo tenía difícil. Y el equipo no ha vivido un año fluido en el que es más fácil que todo el mundo se pueda integrar y que para la gente más joven tuviese su protagonismo. Quien más protagonismo tuvo, fue Bartra. Y porque las necesidades del equipo se lo han facilitado.

P. Usted vivió el final del ciclo de Rijkaard, ¿existe algún paralelismo con la actualidad del Barça?

R. Esta generación también vivió la época de Frank. Yo lo viví en mi época de jugador y no me gusta hablar de ciclos. Son procesos. Pasamos un año en el que no se han conseguido éxitos, después de la etapa más álgida de la historia del club. Pero como en todos los procesos hay un momento en el que hay un bajón. Algunas cosas igual no se han hecho tan bien como se hicieron en el pasado. Sin embargo, también son momentos lógicos, donde hay altos y bajos. Y cuando llegan los momentos bajos hay que aprovechar para coger fuerzas y renovar ilusiones.

P. ¿Y renovar jugadores?

R. Todo depende del entrenador y ver que los jugadores pueden tener todavía la mentalidad y la ilusión para volver a cagarse de energía y entrar en un proceso ilusionante. En este momento lo que necesita la afición del Barça es volver a ilusionarse. Y la llegada de Luis Enrique está generando esa ilusión. Es un hombre de la casa y una persona muy querida.

P. Primero Guardiola, ahora Luis Enrique, ¿el próximo entrenador del Barça es Eusebio?

R. No lo sé, me preparo para vivir momentos importantes como entrenador. No sé si será aquí o en otro lado, estoy abierto a que sea en cualquier sitio. Indudablemente, conozco la casa, esta filosofía y la implicación que tengo con este club es muy grande.