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NCG salva la obra social de las cajas hasta 2044 con cinco millones al año

Los nuevos dueños de la entidad aceptan cubrir el déficit de la nueva fundación Xunta, Diputaciones, Ayuntamientos, trabajadores y el propio banco estarán en el patronato

La obra social de las antiguas cajas de ahorros gallegas recibirá hasta 2044 un mínimo de cinco millones de euros al año de Novagalicia Banco, la entidad financiera comprada hace justo medio año por Banesco, del venezolano Juan Carlos Escotet. La aportación supondrá entre el 16% y el 23% del presupuesto anual de la nueva Fundación Galicia Obra Social. Banesco dispondrá del 32% de los votos en el patronato de la nueva entidad, que será controlada por varias Administraciones, aunque sin inyectar en ella más dinero público.

Las actividades culturales y sociales de las cajas llegaron a contar en 2010 con un presupuesto de 80 millones de euros, pero tras la desaparición de las entidades financieras han pasado a disponer este año de apenas 31 millones, de los que solo 22 van destinados realmente a su trabajo diario ya que el resto corresponde a amortizaciones. Esa obra social superviviente se mantiene fundamentalmente con los ingresos que genera la propia actividad (entradas para eventos culturales o cuotas de socios) pero registra un déficit de entre cinco y seis millones al año que será el que ahora cubra la aportación de Novagalicia Banco. Así lo anunció ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al término de la reunión semanal del Gobierno gallego.

El banco, según el compromiso alcanzado con la Xunta, aportará cinco millones al año durante los cinco primeros ejercicios, cantidad que se actualizará según la inflación. Luego, entre el sexto y el trigésimo año, dedicará el 3% de sus beneficios después de impuestos, pero siempre con el mínimo de cinco millones anuales garantizado. A cambio, la Xunta, que tutelará la fundación por su carácter autonómico, cederá al banco, como “mecenas”, nueve de los 28 puestos con que contará el patronato de la nueva entidad. Fuentes del Gobierno gallego explican esa sobrerrepresentación del banco (32% del voto pese a aportar entre el 16 y el 23% del presupuesto) como un reconocimiento a un apoyo al que no estaba obligado.

Los otros 19 puestos del patronato se repartirán entre diversas Administraciones públicas: siete corresponderán a las principales ciudades gallegas, cuatro a las diputaciones, otros cuatro los designará el Parlamento, tres serán de la Xunta (consellerías de Facenda, Traballo e Benestar y Educación e Cultura) y un último patrono será nombrado por los propios trabajadores de la fundación, que hoy son unos 250.

En el caso de los puestos que corresponden a las ciudades, cada una designará a un patrono, pero luego su poder de voto real será ponderado en función de la población de cada urbe. En cuanto a los del Parlamento, la Xunta se limitó a indicar que se elegirán “garantizando la representatividad de los grupos”. Según el Gobierno gallego, las personas elegidas no podrán haber participado en la gestión de las antiguas cajas, deben estar cualificados “en los ámbitos de actuación de la entidad”, no tendrán remuneración y cumplirán un único mandato de cinco años. Además, las decisiones más relevantes deberán contar con el respaldo de dos tercios de los patronos.

La conselleira de Facenda, Elena Muñoz, que compareció con Feijóo para explicar las características de la nueva fundación, aseguró que “no está previsto que la Xunta ponga dinero” en ella ya que “debe financiarse por sí sola” y con el apoyo del banco para paliar su déficit. Para ello, indicó que antes de diciembre se presentará un plan estratégico.

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El nombramiento de un nuevo patronato para la obra social pondrá fin a un año y medio de interinidad, desde que a finales de 2012 la obra social se separó definitivamente de lo que quedaba de las antiguas cajas y comenzó a vivir de sus propios ingresos. Hace ahora un año, durante la comisión parlamentaria de investigación sobre la gestión de las cajas, el gerente de la obra social, Pedro Otero, estimó que el déficit que registraba haría que no pudiera continuar su trabajo más allá de 2019. Ayer mismo AGE recordó que esa comisión de investigación está “paralizada desde septiembre”, lo que a su juicio constata que “nació sin voluntad de investigar” lo realmente ocurrido en la liquidación de las cajas gallegas.

Hoy será el propio Juan Carlos Escotet, máximo responsable de Novagalicia, quien presente a los trabajadores, en una convención en el Coliseum de A Coruña, el plan de negocio de la entidad. El documento recibió ayer el visto bueno final de la Comisión Europea y el banco destaca que estará enfocado “a la actividad bancaria tradicional” y “a la financiación de familias y empresas”.

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