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Tres hermanos condenados por matar a tiros al guarda de un campo

Los acusados aceptaron penas de entre 16 y siete años y medio de prisión

Nervios a la entrada. Decenas de familiares han acompañado a los hermanos Moreno Santiago, acusados de la muerte a tiros de Rumen Iliev Tomov, este martes en la Sala Quinta de la Audiencia de Valencia. Caras de preocupación, algún niño recorriendo los pasillos y cigarrillos impacientes a la puerta de la Ciudad de la Justicia, esperando el inicio de la vista. Pero no ha hecho falta celebrar juicio porque ha habido acuerdo.  

Ramón, el único de ellos encarcelado desde el momento de su detención, aceptó 16 años de prisión -10 por homicidio, cinco por otro en grado de tentativa y un año más por tenencia ilícita de armas-. Sus hermanos, José y Juan Antonio, aceptaron sendas penas de siete años y medio (cinco por colaborar en la muerte de Rumen, más otros 30 meses por el intento de homicidio).

Los hechos arrancan del 31 de marzo de 2013. José Moreno Santiago, acompañado por sus hijos Ramón y Juan Antonio, se enfrentaron a Rumen Iliev Tomov y su primo Svetoslav Makov Emilov. Rumen y Svetoslav, dos primos de origen búlgaro, llevaban tres meses trabajando para el propietario de un campo de naranjas en la partida Alto de la Serratilla, de Cheste. Su función era ayudar en las faenas agrícolas y vigilar el terreno. Ellos se enfrentaron a la familia Moreno Santiago, de Manises, intentando evitar que se llevaran naranjas en una furgoneta.

Después de la trifulca todo parecía olvidado. Pero horas después, alrededor de las seis de la tarde, José volvía con su coche y acompañado de sus dos hermanos Ramón y Antonio. No iban a dejar las cosas pasar. Armados con palos acudieron de nuevo al huerto. Bajaron del vehículo y se acercaron a los dos primos: "¿Podemos coger unas naranjas?", llegaron a escuchar. Lo siguiente que escucharon fueron tiros. Ramón, uno de los hermanos, había recogido una pistola del maletero y comenzó a dispararles. Rumen y Svetoslav comenzaron a huir.  Pero uno de los tiros alcanzó al primero por la espalda y provocó su muerte. Los hermanos huyeron y se deshicieron de la pistola.

Los labradores denunciaron que se sentían indefensos por el aumento de robos y el trágico suceso. Tres meses después, agentes de la Guardia Civil los detenían. Ellos sospechaban de la participación de los hijos de José pero al no estar claro si participaron, han sido exculpados. Parecida situación a la de Antonio Vargas, cuñado de uno de los condenados, a quien la acusación particular consideraba cómplice.

Rumen dejó viuda y dos menores de edad que serán indemnizados por los tres condenados con 200.000 euros.

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