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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cantos de sirena

Díaz cometería un error imperdonable si decide marcharse a Madrid o adelantar las elecciones

Le pidió a los andaluces un solo voto más y le han dado casi un cuarto de millón. Exactamente 246.164 votos más que a su principal adversario, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla.

Susana Díaz, secretaria general del PSOE andaluz, sale reforzada y legitimada para ejercer el liderazgo de su partido y la presidencia de la Junta. Es la principal conclusión que se extrae de los datos andaluces de las elecciones europeas celebradas el domingo.

El PSOE le ha sacado 9,23 puntos al PP, casi un punto más que en las elecciones de 2009. ¿Es para sentirse satisfechos?

No del todo. En cinco años, los socialistas andaluces se han dejado 328.314 votos y caído 13 puntos. Peor aún: desde las autonómicas de 2012 han perdido 590.000 votos. Un consuelo si se comparan con las pérdidas del PP: 350.989 (casi 14 puntos) y 880.000 votos menos respectivamente. Ninguno de los dos está para tirar cohetes.

Pero el PSOE, al menos, puede celebrar que ha roto la tendencia de tres derrotas seguidas: municipales, autonómicas y generales, que dejaron al partido malherido.

¿De quién es el mérito? Porque tras la debacle socialista a escala nacional, con el peor resultado de su historia, la victoria de los andaluces se agranda. Lo mismo que se agiganta la figura de su dirigente, Susana Díaz. Ahora, legitimada por las urnas, aunque sea de manera indirecta. Porque ella ha hecho una campaña personal en la que se ha jugado el pellejo.

Por ello, hoy todas las miradas se dirigen al sur. Lo cual puede ser bueno y malo. Malo si algunos se empeñan, ante el monumental descalabro de la dirección federal, el lógico abandono de Rubalcaba y el poco tirón que parecen tener los que se perfilan como sus sucesores, en que Susana Díaz de un paso al frente y se haga cargo de un barco a la deriva. Cometería un error.

Díaz puede sufrir dos tentaciones estos días: marcharse a Madrid y adelantar las elecciones. Unos cantos de sirena que segarían de cuajo una prometedora carrera política a todos los niveles, pero siempre después de ganar unas elecciones, a ser posible por mayoría absoluta, en su tierra. Andalucía.

El lado positivo es seguir demostrando al resto del país que se puede afrontar la crisis de otra forma, con otra sensibilidad. Que se pueden hacer recortes para ajustar el déficit, que se puede gobernar en suma, pensando más en el ciudadano que en el mercado. Que una alianza con Izquierda Unida puede ser beneficiosa para una tierra golpeada por el paro. Que los socialistas pueden recuperar sus señas de identidad.

Eso es lo que han premiado los electores al darle una ventaja de diez puntos sobre la derecha popular. De ahí sale ese cuarto de millón de votos de más que le ha otorgado la ciudadanía. Tomen nota al norte de Despeñaperros.

@JRomanOrozco

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