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Tomás Gómez no se responsabiliza del peor resultado del PSOE en Madrid

El dirigente, en cuya etapa los socialistas no han dejado de perder apoyos en las cuatro elecciones celebradas, achaca los últimos resultados a Rubalcaba

José Marcos
Alfredo Pérez Rubalcaba y Tomás Gómez se abrazan en un mitin este mes en Madrid.
Alfredo Pérez Rubalcaba y Tomás Gómez se abrazan en un mitin este mes en Madrid.JUANJO MARTÍN (EFE)

Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños desde 2007, realizó ayer un ejercicio de memoria selectiva en el que rechazó la menor responsabilidad por el derrumbe electoral del PSOE en Madrid en las europeas del domingo. Su interpretación del desastre electoral le llevó a culpar a Alfredo Pérez Rubalcaba por los 397.000 votos de menos cosechados en Madrid respecto a 2009, solo empeorados por el desplome en Cataluña (350.000 votos), Valencia (331.000) o Andalucía (328.000), donde aun así Susana Díaz quedó en lo más alto, con un respaldo del 35,12%.

Frente a las otras excepciones del PSOE, primero en Extremadura (38,72%) y Asturias (26,06%), el partido se hundió en Madrid por debajo del 19%, cuatro puntos menos que Elena Valenciano —a su vez los peores de siempre del partido que Pablo Iglesias fundó en 1879 en Casa Labra— y que solo mejoraron los resultados de los socialistas en Cataluña (14,28%), Navarra (14,49%) y País Vasco (13,78%).

Ante la pregunta directa de si se planteaba dimitir, Gómez rehusó hacerlo y afirmó que el resultado se debía a “un proceso europeo nacional”. “La mayor de las responsabilidades que se puede asumir la asumió quien tiene la máxima responsabilidad, la dirección nacional del partido, representada por el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba”, se enrocó. Es más, Gómez insistirá en esta teoría en la Ejecutiva regional prevista para hoy. La renuncia de Rubalcaba este lunes y la convocatoria de un Congreso Extraordinario a mediados de julio serían, según su impresión, el principio del fin de los males del PSOE, tanto en el ámbito nacional como extrapolándolo a la Comunidad de Madrid —donde el PP gobierna sin interrupción desde 1995— y sus 179 municipios: el domingo el PSOE solo fue el más votado en 20 de ellos, frente a los 156 Ayuntamientos encabezados por el Partido Popular pese a dejarse a su vez 500.000 votos.

El alud de datos en contra no modificó un ápice el discurso de Gómez. Tampoco la progresiva merma de votos en las elecciones que se han celebrado en Madrid en su etapa como secretario general: en las europeas de 2009 el PSOE obtuvo la confianza del 35,61% de los votantes (48,58% el PP); el 26,27% en las autonómicas de 2011 (51,73%); el 26,05% en las generales de ese mismo año (50,97%); y el 18,94% en las últimas europeas (29,88%). Gómez ni siquiera cambió el paso tras la decisión del exlehendakari Patxi López de abandonar la secretaría general de los socialistas vascos, tras quedar por detrás de PNV y Bildu. Roberto Jiménez, el secretario general en Navarra, también renunció a estar en la nueva Ejecutiva regional del PSOE.

Fiel a su postura, Gómez apeló a un mundo nuevo y mejor tras el Congreso Extraordinario. “Los socialistas seremos capaces de recuperar la confianza y volver a encender la llama de la ilusión”, afirmó en su primera comparecencia tras la Junta de Portavoces de la Asamblea de Madrid desde mediados de marzo. En lo que va de año Gómez, que también es el portavoz del PSOE en el Parlamento regional, solo ha comparecido en tres ocasiones ante los medios tras la reunión matutina de cada martes de los respectivos oradores de los cuatro partidos presentes en el hemiciclo. Si nos remontamos al pasado septiembre, al inicio de la actividad parlamentaria tras el parón del mes de agosto, el líder de los socialistas madrileños ha comparecido en ocho ocasiones. Muy por detrás del portavoz adjunto, José Quintana, que le ha sustituido 19 veces asumiendo un protagonismo inesperado.

Los intentos de Gómez en trasladar una imagen de seguridad mientras desviaba las críticas hacia Ferraz y obviaba la marejada interna contrastaron con el respaldo con el que contó por parte de algunos de sus partidarios más fieles. Un puñado de diputados regionales, como Quintana, Enrique Cascallana —ambos senadores—, Óscar Iglesias o Eusebio González Jabonero arropó al dirigente en un gesto que, en contra de lo buscado, acrecentó la sensación de inquietud de la cúpula de Callao, donde el PSOE autonómico tiene su sede.

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“Madrid era claramente conservadora hace unos años. Hoy es claramente, en términos políticos, de izquierdas…”, insistió el responsable socialista. La irrupción de Podemos como tercera fuerza en la región forzaría, según distintos analistas, el acercamiento de UPyD al PP. Y provocaría, además, que el discurso de Gómez de los últimos meses, centrado, se escorase hacia la izquierda para taponar al dúo formado por IU y su partido hermano.

El máximo responsable regional del PSOE también evitó referirse a la elección del candidato autonómico —para lo que debe haber más de un aspirante, lo que no está nada claro— en unas primarias abiertas o a la francesa, escenario que no controlaría (votarían los ciudadanos mayores de 16 años que firmasen un documento de adhesión y pagaran uno o dos euros), o cerradas.

Lissavetzky reafirma su intención de concurrir a las primarias socialistas para la alcaldía

BRUNO GARCÍA GALLO

El líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, reafirmó ayer sus aspiraciones a encabezar la candidatura de su partido en las elecciones municipales de 2015.

El pésimo resultado del PSOE en la capital en las elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo (18,2% de los votos, frente al 32,4% del PP), y el anuncio de la marcha en julio del secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba (su valedor y principal apoyo), habían despertado voces sobre una posible renuncia de Lissavetzky a disputar las elecciones primarias previstas en principio para finales de septiembre para elegir al candidato municipal.

“Cambiamos de entrenador, no sabemos cuál va a ser el que venga el 20 de julio”, afirmó ayer, en referencia al congreso extraordinario que deberá elegir al sustituto de Rubalcaba, “pero la alineación la harán los militantes, y yo espero que los militantes me seleccionen”.

Lissavetzky ya había avanzado anteriormente su intención de presentarse a unas primarias, en las que, por ahora, sólo tiene un rival, Enrique del Olmo, sin apenas apoyo orgánico.

Ayer, calificó el resultado de las elecciones europeas como “malo sin paliativos”, coincidiendo en ello con la alcaldesa, Ana Botella, que encontró “muy preocupante la pérdida de votantes” sufrida por el Partido Popular.

Lissavetzky consideró “un acto de responsabilidad que dignifica la política” la decisión de Rubalcaba de dejar la secretaría general en julio. Pero, igual que el líder regional, Tomás Gómez, no se considera culpable del pésimo resultado regional (18,9% de los votos, frente al 29,9% del PP), tampoco Lissavetzky ve justo que se le achaque el desastre en la capital.

“Yo tengo un contrato con los ciudadanos hasta mayo de 2015 y lo quiero cumplir, y dije desde el principio que es razonable que haya por los menos dos mandatos”, añadió el líder municipal socialista, que concurrió a las elecciones de 2011 y fue derrotado por el ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. “Vamos a intentar remontar a lo largo de este año”, concluyó.

También el portavoz municipal de Unión Progreso y Democracia, David Ortega, se presentará a las primarias para ser candidato de su partido en 2015. “Mi deber es seguir aquí”, explicó, renuente a “irse a otro sitio” tras tres años de trabajo en el Ayuntamiento, donde lleva meses además preparando el programa electoral de su formación para las próximas elecciones.

Quien no se presentará como candidato en 2015, o al menos así lo afirmó ayer, es el portavoz municipal de Izquierda Unida, Ángel Pérez. Ya había anunciado su decisión en una entrevista en EL PAÍS en marzo de 2013, y ayer se reafirmó en sus palabras: “Seguiré haciendo política hasta el último aliento, pero no en la primera línea, me apetece hacer política pero desde otras posiciones”.

En su opinión, “hay compañeros y compañeras que pueden desarrollar esa tarea” en su lugar, puesto que “las organizaciones necesitan regeneración”.

“Uno no puede estar permanentemente en el centro de los problemas”, añadió con cierta amargura, tras calificar a IU —fracturada en dos en Madrid desde hace tiempo— como “una fuerza política ilusionante pero también muy complicada y muy contradictoria”.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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