El ‘caso Quintana’ desnuda a Interior
La policía obvia la tesis del juez y sigue negando que disparara pelotas de goma el 14-N Prat esgrime ese argumento para evitar cumplir su promesa de dimisión Interior mantiene a Prat en el cargo porque el caso aún se investiga
Felip Puig no sabía exactamente qué había ocurrido cuando, tras los altercados del 14-N de 2012, fue preguntado en rueda de prensa por una mujer herida en un ojo. No era la primera vez que un pelotazo de goma mutilaba a una persona. La diferencia estribaba en que aquel día, el director de la policía catalana, Manel Prat, no había dado la autorización preceptiva para usar ese material. El exconsejero de Interior y su sucesor, Ramon Espadaler, tratan desde entonces de mantener el tipo y la tesis, cada vez más desmentida, de que no se dispararon pelotas de goma.
El juez concluye que Quintana perdió el ojo por una pelota de goma
El caso Quintana ha dejado en evidencia a Interior, que desde aquella primera pregunta ha dado cinco explicaciones oficiales de lo que sucedió; todas ellas, distintas y falsas, según las conclusiones del juez instructor. Puig empezó negando cualquier actividad policial en la confluencia de la calle de paseo de Gràcia con la ronda de Sant Pere, donde cayó herida Quintana, justo al día siguiente de la huelga. Y cuando el caso llegó ya al Parlament, el 3 de diciembre, deslizó que a la mujer quizá la hirieron “vándalos” huelguistas que lanzaron objetos.“Los Mossos no dispararon ninguna pelota de goma”, sentenció Puig. En el proceso, un vídeo y un informe interno que se ocultó a los mandos políticos, obligó a desmontar esa tesis. Las tres nuevas aportaciones tampoco fueron ciertas, según el juez que investiga el caso. En un auto al que Interior pretende restar importancia, el titular del juzgado de instrucción 11 de Barcelona, Francisco González Maíllo, concluye que a Quintana la dejó sin su ojo izquierdo una pelota de goma, que lanzó presuntamente el escopetero de la furgoneta Dragó 40, que actuó por orden del subinspector responsable del pelotón.
“Los Mossos no dispararon ninguna pelota de goma”, aseguró Puig
Interior mantiene, a día de hoy y contra viento y marea, que no se lanzaron pelotas de goma. Es lo único que queda de una retahíla de explicaciones que pretendían culminar en un informe detalladísimo —“nunca se había hecho nada tan exhaustivo”, declaró Puig— que presentó el consejero el 13 de diciembre en el Parlament. Al día siguiente, después de haber llamado al orden a sus mandos policiales, a los que Prat acusó de ocultarles información, un nuevo vídeo demostró que había un disparo más y que su “exhaustiva” versión, por tanto, no era fiel a la realidad. La revelación dejó al descubierto un escaso control interno de lo que pasaba en la policia catalana. A pesar de eso, Prat tuvo la valentía de poner en juego su cargo. En una entrevista en El Periódico, el 15 de diciembre, sentenció: “Si aparece una prueba de que se dispararon pelotas, dimitiré”.
Las cinco versiones de Interior, falsas según la tesis del juez
15 de noviembre de 2012. Un día después de la huelga general, el entonces consejero de Interior, Felip Puig, niega que hubiese actividad policial en la zona en la que resultó herida una mujer, Ester Quintana, en el Paseo de Gràcia con ronda de Sant Pere. Durante la jornada se produjeron altercados en la zona de Via Laietana.
3 de diciembre de 2012. Puig niega en sede parlamentaria que los mossos disparasen pelotas 13 de diciembre de 2012. Tras la aparición de un vídeo colgado en internet, y un informe de los propios mossos que había sido ocultado a los mandos políticos, Puig presenta un documento exhaustivo que recoge todos los disparos que efectuaron los Mossos el 14-N, un total de 62. Puig admite ya disparos con munición en el Paseo de Gracia, siete en total, pero de proyectiles de viscoelástica, que son distintos de las pelotas de goma. 14 de diciembre de 2012. Un nuevo vídeo muestra un disparo más en la zona de paseo de Gracia del que no informó Puig el día anterior. Interior lo atribuye a un error de ubicación de uno de los escopeteros, que pasado el tiempo no recuerda con precisión dónde estaba. 16 de julio de 2013. El nuevo consejero de Interior, Ramon Espadaler, convoca a los medios de forma urgente para informar de que han apartado a seis agentes que dispararon una salva donde resultó herida Quintana. Interior mantiene sin embargo que no usaron pelotas de goma. El director de la policía, Manel Prat, advierte días después en el Parlament el relato oficial de lo sucedido aún puede cambiar.
Medio año después, Interior dio aún una quinta y última versión oficial de lo sucedido. En esta ocasión fue el nuevo consejero de Interior, Espadaler, quien convocó a la prensa para explicar que había apartado a seis mossos que habían contado, ocho meses después, que dispararon una salva donde resultó herida Quintana. Paralelamente, la instrucción judicial apuntaba a las pelotas de goma. Para el juez es definitiva la prueba forense, que asegura que las heridas de Quintana solo pueden causarlas ese tipo de armas.
En el proceso, algunas voces críticas han pedido la dimisión de Prat, algo que el director ha conseguido sortear. Pero ahora se ve presa de sus propias palabras. El auto del juez del pasado miércoles ha provocado la reacción en tromba de la oposición. En él el instructor afirma: “La conclusión indiciaria no es otra que las lesiones de Ester Quintana le fueron ocasionadas por una pelota de goma lanzada por al agente imputado por orden del subinspector [también imputado]”.
Interior se aferra al argumento de que el caso Quintana se halla aún en instrucción; es decir, que está aún en la fase de indicios. Todavía no ha habido juicio, ni mucho menos sentencia condenatoria. En un gesto atípico —no son habituales las valoraciones de resoluciones judiciales— el departamento emitió un comunicado para señalar que “las conclusiones se basan en consideraciones indiciarias que en ningún caso se puede considerar hechos probados”.
Esta es la segunda vez que Prat está entre las cuerdas. En octubre del año pasado, el escándalo de la muerte de Juan Andrés Benítez, que falleció después de ser brutalmente reducido en El Raval, casi cuesta el puesto al director general de la policía. El consejero democristiano Espadaler incluso dejó de defender públicamente al director. Pero entonces el presidente de la Generalitat, Artur Mas, salvó la cabeza de la joven apuesta de Convergència, situado además en un puesto clave como es la dirección de la policía. ERC también jugó su papel, votando en contra de que se llevase su dimisión al Parlament.
Pero ahora el socio de CiU se ha sumado al carro de las dimisiones, y pide que Prat cumpla con su palabra y deje el puesto. Algo que también exigen PSC, ICV-EUiA y la CUP. Espadaler a pesar de todo ha salido en defensa de Prat. La dimisión “no está encima de la mesa”, dijo el viernes. Está por ver cómo sale el director de la policía de este nuevo escenario, que ha arrojado sombras sobre la gestión de Interior en el triste caso de una mujer que perdió el ojo cuando ejercía su “legítimo derecho de manifestación” en una zona que no había altercados, según el juez. Desde el 30 de abril, las pelotas de goma están prohibidas.
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