Archivado el caso del joven de Jaén encontrado muerto en un barranco
Los padres recurren por entender que su hijo fue atropellado, como sostiene un informe forense
En septiembre de este 2014 se cumplirán seis años desde la muerte de Javier Joyanes, el joven de Jaén hallado muerto en un barranco de La Calahorra (Granada), adonde había acudido a la boda de un amigo. Aunque la versión oficial de la Guardia Civil fue que la muerte del joven, de 27 años, se debió a una caída accidental, sus padres, Maximiliano Joyanes y Maribel Castilla, aportaron pruebas que evidenciaban que su hijo había muerto atropellado. Sin embargo, la lucha de los conocidos como padres coraje ha sufrido ahora un duro revés tras archivar el caso Juzgado de Instrucción 2 de Guadix.
“Tras una extensa y ardua investigación practicada para el esclarecimiento de los hechos... no existe ni una sola evidencia, ni tan siquiera indicio que apunte a la existencia de criminalidad que justifique la continuación del presente procedimiento penal”, indica el Juzgado de Guadix en un auto que ha sido recurrido en apelación por los padres de Javier. Ambos están convencidos de que su hijo no murió por causas accidentales. Su madre habló con él por última vez durante la madrugada del día posterior a la boda, pero la conversación se cortó de modo fulminante cuando hablaban por el móvil. Un informe pericial que la familia de Javier encargó al forense sevillano Luis Frontela determinó que el joven fue atropellado por un coche cuando volvía a su hotel desde un salón de bodas poco antes de las 5 de la madrugada del 7 de septiembre de 2008.
“Como padres reivindicamos nuestro derecho a conocer la verdad sobre la muerte de nuestro hijo, nuestro derecho a contradecir los dictámenes de autopsia y a que se tengan en cuenta los informes científicos de otros forenses”, piden, desolados, Maximiliano y Maribel. Además, insisten en solicitar una investigación independiente por el Cuerpo Nacional de Policía por al cuestionar la “poca fiabilidad” de la instrucción de la Guardia Civil.
En su recurso, los padres piden de nuevo que exhume el cadáver de Javier, que se tome declaración a diferentes testigos, que se produzca un careo entre los forenses que avalan las diferentes teorías y que se investigue la identidad de los asistentes a la boda aquel día y qué vehículo tenían en aquellos momentos.
Los padres han recibido una ampliación del informe del forense Luis Frontela en el que se pregunta “cómo es posible que un suelo arenoso tenga entidad como para producir las fracturas que presentaba el cadáver” y que los médico-forenses que le practicaron la autopsia expliquen la compatibilidad de las lesiones que presentaba el cadáver con las características del terreno. “La investigación no ha sido ardua ni exhaustiva, siempre se ha llevado a cabo a instancias nuestra como acusación particular, denegándose la mayor parte de las pruebas, entre ellas una segunda autopsia”, censuran los padres coraje.
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