Vacas en el barrio de Salamanca

1. Teatro Abadía. Hubiera querido estar en todos los teatros. Tenía una especie de espina clavada con este desde hace años por un proyecto que nunca salió. Es un lugar maravilloso, de absoluta referencia entre los actores. Hace tiempo vi a Steven Berkoff representando a todos los villanos de Shakespeare. Hacía la escena de Hamlet y su madre siendo él los dos personajes. Era fantástico (Fernández de los Ríos, 42).

2. Calle de Claudio Coello. Es donde nací, donde me crié. Allí aprendí a patinar, a montar en bici… Me ha servido de localización para el rodaje del documental Por si te vas, te quedas, sobre mi hermano. Además, me acuerdo mucho del atentado a Carrero Blanco, que fue en el 101 y nosotros vivíamos en el número 73. El colegio donde cayó el coche era el mío. Ahora ves esta calle y son todo tiendas de moda, pero antes podías ir viendo cada local típico: ferreterías, ultramarinos... Había incluso una lechería con vacas al fondo, en la parte de atrás. Y la atendía Antonia, una mujerona de Santander.

3. Restaurante El Cocinillas. Está al lado de la calle de Fuencarral. Me gusta mucho pasarme por allí. La comida me encanta y siempre me tratan fenomenal, siendo o no famosa (San Joaquín, 3).

4. Vergüenza Ajena. Es librería y te dan vinos, café y de comer o cenar. Es un descubrimiento reciente y es muy agradable. Hemos acabado muchas veces tomando algo después de la función (Galileo, 56).

5. Dehesa de la Villa. Vivo al lado. Allí salgo a correr, saco a los perros y doy paseos con mi hija. Ha sido un traslado progresivo. De vivir muchos años en el centro, por La Latina, Lavapiés… a irme a este rincón. Además, los lugares típicos de la ciudad me parecen cada vez más incómodos ¡Creo que el próximo paso es ya la sierra!

6. Barrio de Salamanca. No lo evito decir, aunque ahora suene a pijo. He pasado por un montón de barrios de Madrid y allí es donde me crié. Me recuerda a toda la infancia y a que era un sitio de lo más normal. Además, me acuerdo muy bien de un quiosco de horchata que había en la calle Narváez. Solía pasar por allí con mi madre, que iba a ver a mi abuela todas las tardes.

7. Sala Rock-Ola. He visto muchos conciertos allí. Era una pasada y es muy de mi generación. Vi a Los Secretos o Antonio Vega. Hace poco me pasé por el lugar y se ha convertido en un sitio de trasteros.

8. Museo del Prado. Voy mucho. Incluso con mi hija. Visito las exposiciones o nos colamos cuando lo abren de noche o en circunstancias extraordinarias. No voy cada semana, como mi hermano, que es pintor y a lo mejor se pasa sólo para contemplar un cuadro, pero soy muy de exposiciones. Y en esto incluyo al Reina Sofía y a la terraza del Círculo de bellas Artes. Aquí, además, vi un conciertazo de Toni Zenet (Paseo del Prado s/n).

9. Cine Benlliure. Estaban en la calle Alcalá. Cerraron hace unos años. Allí vi clásicos como El coloso en llamas o Grease. Cerca de estas salas había un sitio de perritos calientes y solía ir con mi panda.

10. Calle de Apolonio Morales. En el número 11 está el estudio de danza de Carmen Senra. Empecé como bailarina y es el local más bonito que he visto. Ensayé en muchos, pero este era amplio y muy bueno. ¡En los otros dabas dos saltos y te chocabas!