‘Late night’ sin cámaras

Al filo de la medianoche: la banda de música en directo, la mesa, el sofá, el entrevistador, el entrevistado, los colaboradores habituales, un micrófono vintage y siempre la inevitable taza de café, aunque a saber con qué contenido. El género televisivo del late night, que en Estados Unidos han popularizado grandes figuras como David Letterman o Jay Leno y cuya tradición han seguido en España desde El Gran Wyoming hasta Andreu Buenafuente, se puede ver ahora en Madrid pero sin necesidad de encender la tele. Eso sí, con la necesidad de asistir a la sala Galileo Galilei, donde el cómico Antonio Castelo celebra esta noche, a las 21.00 horas, su show Antonio Castelo domina el mundo, una curiosa versión del clásico formato con los mismos elementos y repleto de humor bestia.

Esta noche pasarán por el escenario el escritor Juan José Millás y los cómicos Robert Bodegas y Alberto Casado, además de los colaboradores Burque, Broncano y Pilar de Francisco. Pero ¿por qué hace Castelo su show sin cámaras? Hace algo más de año y medio, el Colegio Mayor Loyola le pidió a Castelo que interviniese en una gala benéfica con un monólogo. “Nosotros estábamos preparando un piloto de un late night propio para Canal + que, al final, por las cosas de la tele, no salió adelante, así que me dije: ‘Si fracasamos en la tele, lo hacemos en el colegio”, cuenta Castelo. El show recibe el apoyo del centro: el núcleo de las 25 personas que trabajan en espectáculo procede de él, así como la banda en directo, la Loyola Blues Band. “El nombre del show es el primer chiste, lo hacíamos en el colegio, lejos del metro, la gente se perdía… Era el show más cutre del mundo pero con el nombre más grandilocuente. Utilizábamos una estética como nazi de la que conservamos el logo con un águila. Aquello parecía Malditos Bastardos…”.

Castelo (que ha trabajado en programas como Caiga Quien Caiga, Buenafuente, UAU! o El Intermedio, además de diferentes espacios de radio) es un fan irredento de este formato: “De pequeño tenía parabólica y veía en la NBC el programa de Conan O’Brien que me flipaba. El late night es como el decatlón de la antigua Grecia: la prueba suprema que las resume todas. Aquí hay que presentar, hacer monólogo, entrevista, improvisar, preparar la escaleta… es el show definitivo”.

Conan O'Brien, explica Castelo, hizo un show muy novedoso respetando el modelo clásico, y esto es lo que intenta: “Nuestro formato es totalmente tradicional, pero metiendo contenidos muy fuertes”. Entre otras cosas, han entrevistado a una botella de Jägermeister y suelen enseñar un gran consolador negro, incluso en presencia de la madre del maestro de ceremonias. ¿Cómo ve el género hoy en España? “Hay una figura muy grande, Buenafuente, que es un genio, pero falta cantera, y así no surgen programas nuevos. Se ha dado esa franja horaria a adivinos y estafadores”.

¿Cuál es la diferencia con un show televisivo? “El teatro no es tan exigente, la escaleta es más flexible y puedo dar más tiempo a un invitado. En la tele está todo más milimetrado. También puedes relajarte, hay más intimidad y complicidad con el público. En la tele es todo más frío. Aunque este show se podría hacer en la tele tal cual. Solo harían falta las cámaras", explica Castelo.

Y esta noche, Millás: “Es un honor que alguien como él haya decidido gastar una noche de sábado conmigo”, confiesa el cómico. “La gente quiere escuchar a gente que le ayude a opinar sobre las cosas. Yo escucharé lo que dice para luego ponerme en el otro extremo e intentar romperlo. Millás es un tío serio, pero con un gran sentido del humor (no se puede tener humor sin ser serio), busco personajes como él que puedan superar mi contraataque. Luego salen multiplicados”.

Y la taza, ¿qué contiene? “La taza viene de la tradición de la radio, donde se puede comer y beber. Al final un late night es un talk show… y ahí se quedó. A mí, como me gusta el formato, pues tengo la taza. Pero llena de agua”.