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El volumen de tierra extraída equivale a la capacidad de 750 camiones

El empleo de “materiales contemporáneos” contradice la versión del Ayuntamiento sobre la antigüedad de las galerías

José Marcos

La Comunidad calcula que en las obras de las cuevas bajo la plaza principal de Navalcarnero se han excavado, “a grosso modo”, 4.500 metros cúbicos de tierra. El volumen de tierra extraída en las “labores de limpieza”, según califica el Ayuntamiento a las obras nuevas, equivale a la capacidad de 750 camiones. También se habrían utilizado 3.000 metros de ladrillo rústico “de dos pies de espesor” para el fortalecimiento y sostenimiento de las galerías “existentes y nuevas”.

Un ejemplo más que refuta la antigüedad que el regidor otorga a las cuevas es que prácticamente toda la red se ejecutó “con materiales contemporáneos”, como ladrillo de tejar y mortero de cemento. Los espacios con columnas que se reparten a lo largo de las galerías también serían modernos, ya que según los investigadores de Patrimonio “se alejan de las soluciones arquitectónicas vernáculas utilizadas tradicional e históricamente” en la construcción de las cuevas-bodega.

La falta de transparencia persigue al complejo. Más allá de la polémica sobre el origen del entramado de galerías, que “intenta asemejarse a estructuras históricas”, apenas hay datos incontestables. La Comunidad menciona en reiteradas ocasiones la ausencia de información sobre las fases en que se realizaron las obras, la estructura original antes de los trabajos realizados desde 2004 y la distinción de “lo nuevo ejecutado de lo reestructurado”.

Por no hacerse, tampoco se presupuestaron los trabajos geotécnicos “necesarios” para garantizar la seguridad del complejo, incluidos los edificios de la plaza “del que este es soporte”. El Ayuntamiento aportó únicamente un estudio geotécnico de hace 10 años relativo al proyecto de rehabilitación de una escuela de música en el número 19 de la plaza de Segovia, “generalizando” sus conclusiones “a todo el ámbito del suelo que ocupan las cuevas”. El subsuelo seleccionado contaba con una espesa capa de arenas arcillosas. El Ejecutivo autonómico reprochó que el tipo de ensayos realizados consistió en muestras “alteradas” que hacen “imposible” conocer las características del terreno. “De ahí la necesidad de realizar un sondeo cada 700 metros cuadrados edificados”. Es decir, se deberían haber realizado siete sondeos, y no solo uno, repartidos por la zona “de forma que se tenga la certeza de no perjudicar ni cimentaciones de edificaciones ni a las galerías”.

Además, recomendaba el uso de un penetrómetro —mide la dureza de los materiales mediante la profundidad de penetración de una aguja— cada 300 metros cuadrados, es decir 23 veces, para obtener una información completa de toda el área de estudio.

Por si no fuera poco, además consideraba necesario conocer el nivel freático, mediante el análisis de sulfatos. La preocupación de la Comunidad se debe a que la mayoría de las cuevas de Navalcarnero sirvieron en unos casos como despensas y cuevas para almacenar vino y alimentos, pero una parte se empleó como minas de agua para abastecer a la población.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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