La banca o la vida
El Gobierno de Rajoy desalojó La Utopía porque no podía aguantar otra victoria de la ciudadanía en las calles
Pilar González no pudo contener las lágrimas. Acababa de escuchar en directo las palabras de Aguasantas Quero, una corajuda mujer, separada y con tres hijos, desalojada de la corrala La Utopía.
—La vivienda es un derecho, no un negocio— resumió Aguasantas.
Pilar estaba en el plató del programa La Tertulia, de Canal Sur. Conocía bien a Aguasantas. Desde que hace casi dos años ocupó, con otras 35 familias, un edificio de viviendas vacías en Sevilla, propiedad de Ibercaja. Alejada del PA, partido del que fue secretaria general, Pilar se había convertido en una activista comprometida con las causas de los desesperados. La corrala La Utopía era una de ellas. Cuando escuchó la desolación reflejada en las palabras de Aguasantas, Pilar González lloró.
Un gesto que le honra. Sufría con el sufrimiento de personas que, como Aguasantas, una cocinera en paro, son agredidas por un sistema sin alma. La Delegación del Gobierno central decidió ejecutar el desalojo. Ordenado por un juez. Cierto. Tan cierto como que ese juez exigió que antes del desalojo debía encontrarse una solución para no dejar desamparadas a los niños y a las personas en riesgo de exclusión social. Como los inquilinos de la corrala. Personas que han perdido su empleo y no tienen donde caerse muertas.
El desalojo llegó casualmente tres días después de que la Junta expedientara a ocho bancos y entidades financieras por no poner a disposición de los registros municipales de demandantes las 185 viviendas protegidas que tienen vacías en la comunidad. Pueden ser sancionados con algo más de 11 millones de euros.
Un expediente sancionador similar al abierto semanas antes contra la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). El banco malo tiene 911 VPO vacías. Se arriesga a una multa de hasta 110 millones de euros.
La ejecución del desalojo no es ajena a esta ofensiva de la Junta contra las viviendas ociosas de la banca. Lo mismo que no lo son los recursos que Rajoy ha ordenado presentar ante el Constitucional contra la Ley de la Función Social de la Vivienda. Lo mismo que no lo es que el Ayuntamiento de Sevilla, en manos del PP, se niegue a colaborar con la Junta aportando alguna de sus 528 VPO vacías.
No quieren que cunda el ejemplo de Gamonal o de la marea blanca de la sanidad en Madrid: que los ciudadanos ganan batallas en la calle. “No les interesa que se vea que luchando se pueden conseguir las cosas”, decía Irma Blanco, compañera de desalojo de Aguasantas. No quieren que el ejemplo de La Utopía se extienda por el territorio andaluz. Por ello, lo cortaron de raíz cuando la solución estaba al alcance de la mano.
Entre la banca o la vida de personas desfavorecidas, la derecha ha optado por la banca. Como siempre.
@JRomanOrozco
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