El transporte público languidece en Alicante y necesita cambios urgentes
Generalitat, Ayuntamiento y usuarios apuestan por reordenar las líneas y mejorar el servicio
El Transporte Alicante Metropolitano (TAM) necesita urgentemente una profunda reestructuración que frene la constante pérdida de pasajeros. El servicio empieza a languidecer y requiere un cambio de recorridos de las líneas y un mejor servicio. En esta idea coinciden Administración, usuarios y sindicatos.
Las discrepancias surgen en el momento se concretan las propuestas. “Hay que cambiar radicalmente el sistema de líneas, no puede ser las vueltas actuales o que un trayecto dure 45 minutos”, aseguró Juan Seva, concejal de Transportes en el Ayuntamiento de Alicante, en el debate sobre El futuro del transporte metropolitano de Alicante celebrado el martes por la noche en la Sede de la Universidad de Alicante.
Carlos Eleno, director general de transportes de la Generalitat, reconoció que desde el año 2007, debido a la crisis económica, el transporte público ha perdido un 25% de usuarios y el déficit para mantener ha aumentado un 60%. “Transportamos mucha menos gente pero se mantienen los gastos, por eso hay que cambiar el modelo”, dijo Eleno que participó en este debate de Seu Oberta, que organiza la Universidad y el diario EL PAÍS.
A su lado, Gil Grimaldos, presidente del comité de empresa de La Alcoyana, admitió que en Alicante el transporte público requiere “rapidez y comodidad” para poder convivir con el vehículo privado y frenar la pérdida constante de pasajeros. Según los sindicatos desde el 1 de enero el autobús ha perdido 325.000 usuarios, muchos de los cuales se han ido al tranvía, pero otros cogen su coche “debido a los recortes, porque hay menos autobuses y menos frecuencias”, apuntó Grimaldos, que “exigió medidas urgentes para frenar” esta caída de usuarios.
El concejal ya advirtió al inicio de su intervención que el tema del transporte público “levanta pasiones”, y prueba de ello es que la sala Altamira estuvo abarrotada de público y hubo decenas de intervenciones al final del debate.
Vicente Alcáraz, de la Plataforma Comarcal por la Movilidad, denunció la “dejación de funciones” de la Generalitat que durante los últimos años no pagó en tiempo y forma la subvención del transporte y del Ayuntamiento de Alicante que se negó a pagar este año. “Recortar frecuencias y poner menos buses no es la solución”, dijo Alcaraz que defendió la habilitación de más carriles bus, exigió a la Policía Local mayor vigilancia y multas para los coches estacionados en las parradas e incluso una tasa de 10 céntimos de euro en los aparcamientos para los usuarios del transporte privado que ayude a sufragar el servicio.
El Ayuntamiento de Alicante ya ha constituido una mesa de trabajo con reuniones periódicas, cada quince días, para elaborar una propuesta que garantice la viabilidad del servicio. Técnicos, trabajadores y empresa ya han alcanzado un acuerdo para modificar las líneas urbanas, ahora falta avanzar en la propuesta para la comarca.
Por su lado, Carlos Eleno anunció que el concurso para la adjudicación para la concesión del servicio de autobús comarcal, que concluye este año, será hasta el año 2019 cuando expira también la concesión de Masatusa, que gestiona el servicio urbano en Alicante. “A partir de 2020 se podrá sacar a concurso el conjunto del servicio, Alicante y su comarca, para que lo gestione la misma empresa”, dijo el director general.
Juan Seva reiteró que el Ayuntamiento “ha sido el que ha cedido” para mantener el TAM ya que durante los últimos años, en los que la Generalitat no pagó, Alicante subvencionó el 99% del transporte comarcal. “El problema es que al final coge el autobús el que no tiene más remedio”, admitió el edil del PP, quien animó a los usuarios a seguir aportando ideas y propuestas para elaborar un plan eficiente de movilidad.
LLuvia de preguntas y de ideas
El debate despertó el interés del público presente en la sala que como usuarios del transporte están preocupados por su viabilidad futura. Una mujer, que habló en nombre de Alicante Accesible, denunció la mayoría de paradas no están adaptadas para las personas con movilidad reducida, que las rampas de los autobuses apenas funcionan y los obstáculos son permanentes. Y el concejal delegado reconoció estas deficiencias y se comprometió a ir subsanándolas “en la medida de lo posible”.
Los empleados de Ferrocarrils de la Generalitat, que gestionan la Línea 2 del Tram, también se interesaron por el futuro del tranvía. Y un buen número de intervenciones denunciaron la “mala conexión” entre el bus y el Tram. Los taxistas también pidieron participar en el diseño del nuevo plan de movilidad.
Y en cuanto a las propuestas para conseguir un mejor servicio, tanto el público como los representantes de los vecinos en la mesa y de los trabajadores coincidieron en que se debe potenciar el carril bus, se preguntaron los motivos por los que los ayuntamientos de la comarca no colaboran en la financiación del autobús y pidieron una apuesta más decidida por el transporte público y menos facilidades para usar el coche privado.
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