Pijos que dan el espectáculo

1. Teatros del Canal. A este espacio, que a primera vista no es de mi gusto arquitectónico, le coges cariño. Por fuera parece que entras en una multinacional y resulta que es un lugar lleno de arte: las dos salas de representación son maravillosas. Lo habitan multitud de personas a las que quiero (Cea Bermúdez, 1).

2. Museo Sorolla. Este espacio, ubicado en la antigua casa del artista, es fantástico; huele a Sorolla. Es uno de nuestros mejores pintores y un hombre muy listo, que es muy importante. Además, se hizo rico, que también importa. Como a los protestantes, a mí todas esas cualidades me fascinan (General Martínez Campos, 37).

3. El Pimiento Verde. Tienen las mejores alcachofas del mundo occidental y no lo digo en broma. Como muestra, su plato Flor de Alcachofa. Además de inspirarme la ópera El Pimiento Verdi, está muy vinculado con el arte. Algunas noches, con el piano que tienen se organizan aquelarres musicales fantásticos (Lagasca, 46).

4. Parque Santander. Como soy un hombre de medio rural, me pesa la ciudad y, en ocasiones, necesito una dosis de verde. Suelo acudir a pasear y observar. Puede que sea un poco mirón y este parque es perfecto porque todo el mundo está haciendo algo, ya sea correr, jugar al golf, protestar o enamorarse. También me sirve para moverme, andando a un ritmo rápido que no corriendo; siempre pienso que la gente que corre alocadamente va a morir pronto (calle de Santander).

5. Mercado de Chamberí. Madrid es la capital europea del pescado fresco y en este mercado lo encuentro. También hay puestos, como el de los quesos, que se me hacen irresistibles. No soy cocinillas, pero sí un pinche muy eficaz para mi mujer, que es el culmen de la originalidad: cada día hace algo distinto. Ella dice que es porque no se acuerda de las recetas (Alonso Cano, 10).

6. Las Ventas. Este coso me ha dado maravillosas tardes de placer. Una de las cosas más bellas de los toros es el público: entregado, crítico y muy culto con respecto al espectáculo que están viendo. No me importaría que los espectadores del teatro mostraran esa entrega y pasión (Alcalá, 237).

7. La Máquina. Este restaurante, de barras altas, ha ganado mucho con el tiempo. Los platos de marisco y pescado que ofrecen son muy agradables. Te ponen media docena de ostras por 12 euros y el cuarto de gambas a 16. Lo visito a menudo (Sor Ángela de la Cruz, 22).

8. NH Prisma. En ocasiones me quedo en este hotel en el que siempre me dan una habitación con terraza desde la que disfruto con el cielAo de la capital. No es una leyenda: la luz madrileña es muy especial (Santa Engracia, 120).

9. Teatro Guindalera. Es una sala que me tiene fascinado porque está hecha por el amor al teatro de un grupo de personas. El nivel de calidad es extraordinario. Yo sería de la Guindalera (Martínez Izquierdo, 20).

10. Barrio de Salamanca. La burguesía es lo mejor que ha dado la sociedad y por Serrano, Velázquez o Goya es por donde transita la madrileña. Sí, me gusta el pijo que da el espectáculo: las señoras con tocados, bolsos de la leche —aunque sean falsos—, abrigos… Poseen un toque exhibicionista que me agrada porque es generoso, expansivo.