Catalépsia en el trinquet
El diseñador valenciano Miguel Vizcaíno presenta una colección de clara nostalgia por el lado oscuro
Thom Yorke. La piel que habito. Micado negro. Edgar Allan Poe. Quédense con este nombre: Miguel Vizcaíno (1986). Hablamos de renovación generacional. La segunda jornada de la pasarela toma vuelo creativo con la llegada del diseñador valenciano Miguel Vizcaíno y su propuesta (nada) cateléptica para mujer en un mayestático total black. Atención, el corazón de la Valencia Fashion Week bombea. Tuc tuc, tuc tuc…
El Diccionario Médico de Steadman define la catalepsia como “un estado morboso caracterizado por la rigidez cérea de las extremidades, que pueden ocupar diferentes posiciones mantenidas durante un tiempo. El sujeto no responde a los estímulos, y el pulso y la respiración se vuelven lentos. La piel se pone pálida”. Glups. La colección de Vizcaíno no es ni rígida, ni marchita. Más bien morbosa y con el claro objetivo de provocar emociones. Y lo consigue, vaya que si lo consigue. Lo que ya es un buen inicio.
Pero volvamos al trinquete Pelayo, una de las catedrales de la pilota valenciana. El saque. Vizcaíno ofrece su peculiar interpretación de una “mujer de apariencia frágil, delicada y sutil, que esconde una personalidad repleta de altibajos, insatisfacciones y secretos”, apunta el diseñador. ¡Zas! Golpea la pelota a ras de suelo y hace que se eleve. El nivel, claro.
Miguel hace nostalgia por el lado oscuro y queda a gusto. “En las colecciones de invierno me salen personajes más sombríos”. Vamos que “Catalepsia” es gótica a más no poder. Bot i volea. De acuerdo, no resulta muy insólito, pero sí tiene un nervio propio. Bien por él. Por aquí abajo el clima, lo sabemos, mueve mucha literatura y aquilata las tendencias. Pero seguimos distinguiendo las estaciones y las temporadas. Así son las cosas.
Uno de los puntos fuertes de la colección que nos presenta el diseñador favorito del hipsterismo local -sí, ese que (lamentablemente) no compra moda hecha aquí- es la correcta e inteligente utilización de los tejidos. Un hit. El neopreno y el paño hacen de la rigidez y lentitud categoría, que no anécdota, mientras que la liviandad y el movimiento lo aportan la organza, el micado y los encajes con incrustaciones de porcelana.
El diseñador exhibe una colección escrupulosa y precisa. Ha querido cambiar de tercio y sorprender con unas prendas para una mujer algo más madura de lo que es habitual en él. Vizcaíno huye de la pubescencia de otras presentaciones, tanto por convencimiento como imposición del mercado, y se reenfoca sin perder la frescura. Vaya, sale a jugar con los deberes bien hechos.
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