UGT denuncia carencia de mantas y sábanas en el General de Alicante
Según el sindicato, hay pacientes que se llevan sus propios pijamas y toallas
En el hospital referencia de la provincia de Alicante faltan mantas, almohadas, batas, sábanas y pijamas, según la sección sindical de UGT. Esta situación, negada por la dirección del centro, “está obligando desde hace dos semanas a los parientes de los ingresados a traer sus propios enseres”, ha dicho la responsable sindicalista de la UGT en el centro, Julia Martínez.
Martínez, también secretaria general de Sanidad para L'Alacantí-Las Marinas, ha denunciado un “importante recorte” en personal en el último lustro y ha cursado una petición a Sanidad para conocer si se están cumpliendo las condiciones de la contrata que desempeña Flisa, mercantil dedicada a la lavandería industrial que hace poco más de un mes vio cómo finalizaba una huelga en Madrid que duró más de 40 días.
En 2009 la sección de lavandería del Hospital General de Alicante tenía 10 lavanderas y costureras, hoy son cinco lavanderas solo. Un peón, una gobernanta y un jefe de servicio conforman el resto del servicio de lavandería del centro de referencia de casi dos millones de personas. Según UGT, al día se mueven cuatro toneladas de sábanas de las más de 800 camas que hay en un hospital al que acuden de media 850 personas. “Después de verano habían 4.000 sábanas con desperfectos, ¿dónde están?”, se ha preguntado Martínez. La última costurera del servicio, ocupada en zurcir estos desperfectos entre varias tareas, se jubiló en noviembre y no fue reemplazada.
“Se presume de tecnología de última generación pero la carencia de servicios básicos no se cubre”, ha dicho la sindicalista en referencia a la visita del consejero de Sanidad, Manuel Llompart, el pasado martes.
Mientras Martínez asegura que los pacientes han tramitado "numerosas quejas" -especialmente en el área de hospitalización- al Servicio de Atención e Información del Paciente, fuentes de la administración hospitalaria niegan que exista desabastecimiento en los almacenes del hospital: “Ni supervisoras de planta ni lencería tienen queja alguna”, han señalado.
Martínez se ha tomado con cierta sorna la contestación: “Tampoco hay quejas por gente sin atender en los pasillos durante seis horas sin que les den un yogur o por la ausencia de leche en pediatría para los niños diabéticos. Hay quejas por la concesión de la cocina y en la contrata de limpieza continúan teniendo problemas de pagos y limpiando lo mínimo”.
Hace exactamente un año el hospital vivió dos semanas de huelga de limpieza. Los trabajadores protestaron por los reiterados impagos; entre varias de las quejas esgrimidas, también aparecía la de falta de abastecimiento de productos higiénicos.
Flisa (Fundosa Lavanderías Industriales), con 27 lavanderías industriales en el territorio español, desempeña sus servicios a distintos centros hospitalarios.
Empresa perteneciente al grupo empresarial Fundación ONCE, se hizo cargo del servicio de lavandería para centros dependientes del Servicio Madrileño de Salud. Lo hizo para un periodo de 48 meses por 47,5 millones, con el objetivo de ahorrarse 36 millones de euros. El canon anual que debía abonar la concesionaria es 521.140 euros por el uso de las instalaciones y el equipamiento de la lavandería central.
El 1 de diciembre, día que comenzaban con la prestación del servicio, la empresa comunicó a los trabajadores una rebaja salarial del 46%. La huelga duró 45 días, hasta que la empresa accedió a rebajar el salario de los trabajadores de 1.100 euros a 800 y no a 645 como era su pretensión inicial.
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