Las selecciones conocen Bilbao

Responsables de las delegaciones nacionales de baloncesto de EE.UU., Turquía y Finlandia, han visitado este martes las instalaciones del Bilbao Arena de Miribilla, que acogerá junto al Pabellón de La Casilla los espacios de entrenamientos de los equipos encuadrados en el grupo de C del Mundial de Baloncesto de 2014.

Los representantes de las selecciones americana, finlandesa y turca, todas ellas encuadradas en el grupo C (junto a República Dominicana, Nueva Zelanda y Ucrania) han sido el CEO de la selección norteamericana, Jim Tooley, y su secretario general, Sean Ford, mientras que la selección finlandesa ha enviado al jefe de la delegación nórdica, Mika Makela, y Turquía con el director de administración de la selección otomana, Barbaros Akkas.

La comitiva internacional, que por la tarde ha visitado el BEC de Barakaldo -que acogerá los partidos de competición- y diversos hoteles de la villa, ha sido recibida por el director de Juventud y Deportes del Gobierno vasco, Jon Redondo, el director de Turismo y Promoción Exterior de la Diputación Foral de Bizkaia, Gabino Martínez de Arenaza, y por el consejero delegado del Gabinete de Alcaldía de Bilbao, Andoni Aldekoa. También ha acudido el director de sedes y operaciones de la FIBA, José Antonio Montero.

Así, los miembros de las delegaciones presentes este martes en Miribilla han asistido a las explicaciones de los responsables institucionales, quienes les han trasladado el carácter industrial de Bilbao y la transformación urbanística de que ha sido objeto en los últimos años.

Aldekoa espera que el de 2014 sea "el mejor campeonato del mundo"

En cuanto a las instalaciones con que cuenta el territorio, el BEC de Barakaldo será el escenario principal de los partidos de la competición, con capacidad para 15.000 personas, que se complementarán con dos centros de entrenamiento: el pabellón de La Casilla y el propio Bilbao Arena de Miribilla.

Las instituciones han trasladado a las delegaciones norteamericana, turca y finlandesa la idea de un Bilbao "compacto", con "distancias máximas de quince minutos" entre el aeropuerto de Loiu, el centro de la villa, las zonas de entrenamiento y el escenario de la competición en la localidad fabril, con lo que se ofrece "unas condiciones de máxima comodidad" en palabras de Andoni Aldekoa.

El director de Alcaldía de Bilbao también ha manifestado que "ahora queda cinco meses para trabajar duro" a través de la colaboración institucional para conseguir hacer del campeonato del mundo "la mejor de las competiciones que se pueda celebrar". "Nos jugamos la repercusión directa en la economía y nuestra imagen internacional", ha subrayado.

En este sentido, ha remarcado que la colaboración entre administraciones, sector turístico, el mundo de la empresa y la sociedad será "fundamental" para sacar adelante "el que esperamos sea el mejor campeonato del mundo de baloncesto".

"Entre todos, vamos a hacer una competición fantástica y hay que sumar fuerzas porque Bilbao da la imagen de un país, de la que se benefician todos los municipios del territorio", ha indicado. A juicio del director de Alcaldía de Bilbao, con la experiencia que se extraerá de este evento deportivo, "la ciudad, el territorio y el país, pueden estar preparados para seguir alojando las máximas competiciones del mundo deportivo y lo que haga falta".

Según ha explicado Aldekoa, el total de capacidad máxima de la competición ronda los 225.000 espectadores, siendo el 50% de los espectadores de origen local, es decir, de Bizkaia, Euskadi y el entorno. "Esperamos que la otra mitad sea de visitantes", ha deseado.

En relación al grupo que jugará en el BEC de Barakaldo, desde el consistorio bilbaino lo han considerado un "un gran grupo", en el que "está Estados Unidos, el mejor equipo del mundo", pero "también porque está Finlandia, una buena economía que desplaza a muchos aficionados, al igual que Turquía".

Por ello, Aldekoa ha confiado en que Bizkaia logrará "rentabilizar y sacar buen provecho" de la competición, pese a que aún no existen datos oficiales sobre el impacto económico que podría generar la competición en el territorio.