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El sunami de la figuración andaluza

El CAAC investiga sus orígenes a traves de dos grandes exposiciones de 1985 que sentaron las bases del panorama actual

Margot Molina
Obra de Guillermo Paneque en la muestra del CAAC.
Obra de Guillermo Paneque en la muestra del CAAC.paco puentes

En 1984 la Junta se hizo cargo del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, una institución sin programa propio y con algunas obras heredadas del museo de Madrid a la que había que dotar de contenido. El momento coincidió con un "sunami artístico" —en palabras del artista Ignacio Tovar—, llamado figuración que surgió en la capital andaluza en torno a la revista Figura y a sus jóvenes creadores. Del feliz encuentro nació el embrión de la colección del actual Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y el resultado de ese parto es lo que se muestra en Todas las revoluciones están hechas. La exposición, que se inaugura este jueves en el CAAC reúne 110 obras —la mayoría pinturas— de 36 artistas realizadas entre 1985 y 1990, los años en los que Andalucía, y especialmente Sevilla, se convirtió en el epicentro creador del país.

La muestra, comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes y Yolanda Torrubia, parte de la colección permanente del CAAC para mostrar obras de las dos primeras exposiciones que organizó el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla en 1985. Ciudad invadida, con pinturas de Rafael Agredano, Pepe Espaliú y Guillermo Paneque [fundadores de Figura en 1983], Curro González, Patricio Cabrera, Federico Guzmán, Pedro G. Romero, Antonio Sosa, José María Larrondo y Juan Francisco Isidro, entre otros. Y Arte actual. Andalucía puerta de Europa, con un repaso que incluyó a las dos generaciones anteriores al "sunami" figurativo y que se presentó en Madrid, en Ifema.

'Todas las revoluciones están hechas' reúne 110 obras de 36 artistas andaluces de mediados de los ochenta

Esta última la organizaron María Corral y el entonces recién nombrado comisario de exposiciones del museo sevillano, Ignacio Tovar. "La Junta adquirió la mayoría de las obras que se exhibieron en Madrid y ese fue el principio de la colección permanente del CAAC. Con un diseño espacial de Gerardo Delgado hicimos un repaso por tres generaciones de artistas andaluces. Estaban presentes artistas ya consolidados como Carmen Laffón y Luis Gordillo; le seguían los abstractos con nombres como José Ramón Sierra o Juan Suárez y, después casi todos los jóvenes que habían formado parte de Ciudad invadida", explicó este miércoles Ignacio Tovar, quien dejó a un lado su preferencia por la abstracción para dar paso al torbellino creador de mediados de los ochenta. "Era una obra muy fresca, ingenua, pero tremendamente viva", asegura Tovar, quien tuvo que hacer un ejercicio de fe para comisariar la parte de los noveles en Andalucía puerta de Europa.

'El creyente', de Pepe Espaliú.
'El creyente', de Pepe Espaliú.

"Tuve que hacer la selección por lo que me contaban los artistas. Todos estaban empezando y tenían muy poca obra", recuerda Tovar. "Pasábamos más tiempo pensando y hablando sobre las obras que en los estudios, pero después cada uno teníamos nuestro propio lenguaje. Compartíamos mucha información y vivencias, pero reivindicamos la libertad de que cada uno hiciera lo que le diera la gana", precisa Rafael Agredano, autor del texto Titanlux y moralidad que se publicó en el número cero de Figura y acabó convirtiéndose en el manifiesto del heterogéneo grupo.

El título de la exposición, Todas las revoluciones están hechas, sale precisamente de ese texto. "Ya no hay nada que inventar, pero todo está ahí para nosotros, para que lo utilicemos como nos dé la gana cogiendo de donde queramos", escribió en 1983 Agredano. La muestra, que estará abierta hasta el 4 de mayo, reúne, además de las creaciones de los nuevos figurativos, obras de los artistas que firmaron las portadas de Figura (Luis Gordillo, Chema Cobo, Guillermo Pérez Villalta, José María Sicilia y Ferrán García Sevilla), del grupo de los abstractos sevillanos (entre ellas dos de Tovar) y de los fotógrafos Máximo Moreno y Miguel Trillo, entre otros muchos.

"Eran como un sunami. Cuando llegaron nos tuvimos que agarrar a los postes. A algunos se los llevó la corriente y otros, como yo, aguantamos más o menos con dignidad; pero nos cambió a todos", resume Ignacio Tovar para ilustrar la fuerza creativa que surgió en Sevilla en torno a la figuración. 

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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