‘Ulises’ vuelve a casa
Galaxia presenta la traducción al gallego de la obra de Joyce
Ulises, el relato exhaustivo de las 24 horas del 16 de junio de 1904 en las que un desolado y engañado Leopold Bloom recorre Dublín, vuelve a la casa de las letras gallegas. La novela con la que James Joyce dinamitó la narrativa del siglo XX, a pesar de ser tachada de ininteligible, pornográfica y de escrita por un loco, fue objeto de atención de un caballero tan de orden como don Ramón Otero Pedrayo, que en 1926, cuatro años después de la accidentada publicación del original (en el Reino Unido no se publicó hasta 1936), publicaba varios fragmentos de la obra traducidos al gallego en la revista Nós. Era la primera versión en un idioma peninsular de la obra que establece el canon de la literatura occidental del siglo XX. Ayer, 87 años después, se presentó en la Real Academia Galega la traducción completa del Ulises joyceano.
Casi diez años, tres más que al autor escribirla, le llevó la tarea de pasarla al gallego al equipo de traductores, coordinados por el director editorial de Galaxia, Carlos Lema. Además de Xavier Queipo, uno de los autores que a finales del pasado siglo encarnaron la renovación de la narrativa gallega actual, en la versión participaron María Alonso Seisdedos, traductora e correctora editorial, en la actualidad a cargo de las versiones de las novelas de Orhan Pamuk al gallego; Eva Almazán, también traductora profesional, con obras de Paul Auster, Edgar Allan Poe o Martin Amis en su currículo y Antón Vialle, traductor e intérprete que hizo la versión de A cea, de Herman Koch, la primera del holandés al gallego.
“Empezamos el proyecto en 2004, y en realidad, lo podríamos haber publicado en 2006, pero cuando ya teníamos mucho avanzado, nos comunicaron que el heredero de Joyce, su sobrino nieto Stephen, había prohibido cualquier nueva edición. Hicimos cuentas y calculamos que la obra de James Joyce estaría a disposición pública en 2013, así que esperamos y nos lo tomamos con calma”, contó ayer el director editorial de Galaxia, Carlos Lema. Lema señaló que el trabajo de traducción del millar de páginas de la novela del autor irlandés no se organizó, como la de una versión francesa de Gallimard que salió a la luz en aquellas fechas, asignando un fragmento a cada traductor (once en el caso de la editorial gala).
“Todos miramos y supervisamos el trabajo de todos”, comentó María Alonso Seisdedos, la última en incorporarse al equipo y a un trabajo que le ocupó “doce horas siete días a la semana”. “Cuando me encontré con todo el libro ya traducido, me impresionó y no me sentí a la altura del trabajo, pero estoy acostumbrada a revisar hasta los diálogos de la serie de dibujos animados más infame, así que empecé a pulir y pulir, y a intercambiar correos electrónicos con Antón y Xavier en Bruselas hasta marearlos”, sonrió ayer en la sede de la RAG. Xavier Queipo bromeó señalando que traducir Ulises era algo imposible, “pero como leí en una pintada en Vigo, lo imposible es lo que lleva un poco más de tiempo”. Pero criticó completamente serio que la Xunta denegase una ayuda para la traducción al proyecto de Ulises, “parece que la cultura gallega y lo del cosmopolitismo no les dice mucho”.
En el acto intervino también el catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de A Coruña y presidente del Instituto Universitario de Investigación de Estudios Irlandeses, Antonio de Toro, que glosó la atracción de la cultura gallega por la irlandesa, y en concreto “la amplitud de horizontes de intelectuales como Vicente Risco y Otero Pedrayo que pesar de que Joyce era la antítesis de la causa nacionalista que ellos defendían –aunque tampoco era contrario, como se suele decir- para ellos era la representación del genio celta”. De Toro también señaló la devoción de intelectuales como Domingo García-Sabell por Ulises, que en los años 50 llegó a organizar entre médicos sesiones de lectura comentada de la novela.
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