Las joyas, el pozo y el trastero del obispo
Comienza la restauración de una capilla gótica de la Catedral de Ourense oculta al público que esconde un pozo termal en su interior
A la Catedral de Ourense no le faltan rarezas. La más sonada es la famosa talla de un Cristo cubierto de piel al que, supuestamente, le crece el pelo. Pero el imponente templo dedicado a San Martín atesora otras extravagancias casi únicas. Un pozo de aguas termales excavado dentro del templo convive desde hace siglos con las sotanas de los obispos y las oraciones de los devotos. Y esas aguas brotan a unos 19º centígrados en el suelo de una capilla levantada junto al altar mayor que lleva décadas oculta y convertida en trastero, a pesar de ser uno de los escasos ejemplos gallegos de la esplendorosa arquitectura gótica.
Por si fuera poco, la basílica ourensana es la única del planeta en la que hay una joyería a los pies de una de sus torres. El Obispado alquila desde el S.XIX tres minúsculos espacios en una pequeña zona a pie de calle en la fachada principal. Uno de ellos es una histórica joyería fundada hace siglo y medio que ha mantenido una íntima relación comercial con las joyas encargadas por los sucesivos obispos para los actos religiosos. Los otros dos inquilinos son una tienda de confecciones que cuelga en su puerta babis de abuela y un establecimiento de artesanía y regalos. Ahora, la capilla de San Juan será restaurada y reabierta al público. Con un presupuesto de algo más de 250.00 euros, la Consellería de Cultura pretende devolver el brillo a esta estancia repleta de humedades y líquenes ocupada por muebles viejos sin valor alguno, antiguos útiles litúrgicos destartalados, piedras desconchadas, cajas de cartón y hasta lecheras metálicas. El conselleiro, Jesús Vázquez, explicó que se realizarán actuaciones “sobre las vidrieras, el retablo, el suelo y los paramentos exteriores e interiores para eliminar las humedades”. La historia explica que el extraño pozo nutría de agua a la enorme pila bautismal que hay en la capilla y que además servía de fuente para la curia o el Conde de Lemos, amotinado en el templo en 1471 durante los duros ataques promulgados por el Conde de Benavente.
“También serán arreglados los problemas de humedad y se hará un saneamiento del patín norte” recordó el titular de Cultura de la Xunta. Precisamente bajo este gran balcón (también abandonado y cerrado al público) se ubica la histórica joyería que hace negocio entre piedras sagradas. Otros también lo intentaron pero no lo consiguieron. Hace años un establecimiento de restauración cercano propuso, sin éxito, instalar terrazas en este patio. Y es que tras años y años sometido al peor de los ostracismos, Patrimonio ha decidido insuflar aire fresco al templo. A pesar de ello todavía presenta serios problemas de conservación que ponen en riesgo tallas esculpidas hace seis siglos.
Desde 2011 se ha restaurado la policromía del espectacular Pórtico del Paraíso y se han hecho trabajos de impermeabilización en la terraza de la sacristía, la torre norte o las naves del crucero. También se destinaron fondos a la recuperación del órgano, de las pinturas murales y del retablo de la parte sur del nártex. Pero aún quedan pendientes actuaciones urgentes. Entre ellas destaca el proyecto de restauración de la portada ornamental norte, que sufre un desgaste tan mayúsculo que las figuras de piedra incluso se deshacen al rascar con la mano. Los factores ambientales o los desperfectos de operaciones de restauración de hace medio siglo como la aplicación de cera sobre la piedra tienen buena parte de la culpa. La Xunta estima que durante 2014 invertirá unos 400.000 euros para frenar las humedades que carcomen la historia de este rincón de Galicia.
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