Los presuntos asesinos vivían arriba
Los Mossos detienen a una pareja por la muerte de una anciana encontrada en su piso en el Paral.lel Los sospechosos residían en el mismo edificio
A Montserrat Q. F. la encontró su hija muerta, el pasado miércoles 11 de diciembre. Estaba en el baño de su piso y tenía un fuerte golpe en la cabeza. Dos días después, el viernes, los Mossos d’Esquadra detuvieron a una pareja, un hombre y una mujer de 50 y 40 años, acusados de la muerte de la anciana octogenaria. Montserrat vivía en el 4º 2ª del número 70 de la avenida de Paral.lel, en Barcelona. Los detenidos, tres pisos por encima, en el 7º 1ª de la misma vivienda.
Solo conocerse el crimen, el juez decretó el secreto del sumario del caso. Los primeros indicios ya hacían pensar a la policía que la anciana podría haber muerto a manos de algún conocido. La puerta no estaba forzada, pero el interior del piso estaba revuelto. Además, su hija echó en falta el bolso de la mujer.
La mujer era conocida en el barrio porque durante años regentó una conocida pastelería
Los dos detenidos llevaban tiempo también en el inmueble. Algo no demasiado frecuente en un edificio que está en un barrio donde abundan personas de paso. Además, la pareja tenía cierto papel en la comunidad. Eran los encargados de limpiar la escalera y el hombre, además, hacía en ocasiones las funciones de conserje, según informó ayer la Cadena SER. El piso en el que residían los detenidos era propiedad de la mujer detenida, y había pertenecido con anterioridad a sus padres.
Montserrat llevaba también toda la vida en el número 70 de la avenida de Paral.lel. Allí crió a sus hijos y allí decidió permanecer incluso después de enviudar. La mujer era conocida en el barrio porque durante años regentó una conocida pastelería, ubicada en los bajos de su propia casa. “No quería irse del barrio”, explicó a este diario un vecino de la anciana, que la conocía desde hacía años.
Tras la muerte de su marido. Montserrat cerró el negocio. Era habitual verla salir por la zona, y seguía valiéndose por sí misma, según contaron diversos vecinos. Lo que ocurrió aquella tarde es todavía una incógnita: por qué la mujer les abrió la puerta y qué ocurrió dentro del piso. De lo que no cabe duda es de que Montserrat acabó muerta, con un fuerte golpe en la cabeza, y sin su bolso. Los vecinos enseguida pensaron en un robo, pero nadie sospechó que esos ladrones vivían en el piso de arriba.
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