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Conciertos de Artemis Ensemble en la Academia de Belas Artes y el Rosalía

La adecuación estilística y versatilidad de sus versiones fueron premiadas por el público coruñés.

Artemis Ensemble ha estrenado la semana musical en A Coruña con dos conciertos. El primero se celebró el lunes 9 en el salón de actos de la Real Academia Galega de Belas Artes, como parte del ciclo que el conjunto ofrece a favor de organizaciones benéficas gallegas. En él actuaron Deborah Gonsalves, violín, y Eugenia Petrova, viola, junto al pianista Daniel del Pino, en un programa de dúos. A lo largo del concierto destacó la adecuación estilística de sus versiones. La Sonata para viola y piano en fa menor de Nardini tuvo ciertas resonancias solerianas en el piano de Del Pino y fue sobriamente ornamentada por Petrova. La interpretación por Gonsalves y Del Pino de la Sonata para violín nº 3 de Brahms tuvo la línea conceptual y el peculiar sonido del hamburgués. La Sonata arpeggione, que cerraba el concierto, tuvo todo el vigor, calma y profundidad del mejor y más alegre Schubert.

El martes actuó Artemis en el Rosalía, en su formación de cuarteto, dentro del ciclo conjunto de la Sociedad Filarmónica y la Sinfónica de Galicia. Se inició el concierto con la Fuga final del Cuarteto nº 5 de Eduardo Rodríguez Losada. Artemis ofreció una lectura clara de la compleja obra del arquitecto y gran melómano coruñés, impulsor de la actual Sociedad Filarmónica de A Coruña. Tras ella, el Beethoven más clásico, aún deudor de Haydn en su op. 18 nº 1 . La obra fue impecablemente interpretada por Artemis, con todos los recursos dramáticos de sus unísonos tan haydnianos, su delicadeza lírica y su gracia scherzante, junto a la nervadura manifiesta de su fuerza beethoveniana.

Y en la segunda parte, un Grieg poco conocido por el gran público –el del Cuarteto en sol menor, op. 27–, interpretado por Artemis con la altura de miras requerida por una obra tan trascendente que debió de inspirar de una u otra forma el cuarteto de Debussy en la misma tonalidad. Quedó bien evidente su hermosísima armonía, el delicado canto de su Romanze, el seguro aplomo de su Intermezzo y la fuerza rítmica de su Finale-presto al saltarello. La adecuación estilística y versatilidad de sus versiones fueron premiadas con una fuerte ovación del público coruñés.

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