“Es fácil ser ex cuando sabes que lo eres”
"En política no hay amigos", reconoce el expresidente de la Junta de Andalucía
El próximo fin de semana entregará también el testigo de la secretaría general del PSOE andaluz a Susana Díaz, “mi presidenta”, dice de ella. José Antonio Griñán (Madrid, 1946) ha estado cinco años como presidente de la Junta y cuatro como secretario general. Dice que no le cuesta nada ser un ex y pide al fotógrafo donde quiere la foto: “Saliendo de San Vicente”.
Pregunta. ¿Cómo lleva ser un ex?
Respuesta. Sabiendo que lo soy. Es muy fácil ser ex cuando sabes que lo eres. Mirando las cosas con distancia, no tratando de protagonizar nada, dando a cada uno su espacio y nunca comentar lo que me gusta o no.
P. ¿Está en pleno ejercicio de contención?
R. Sabía que era así. Si tomo la decisión de apartarme es porque sé que es bueno para todos. Y es buena también la solución definitiva que ha ocurrido.
P. ¿Cuando dejan de sonar los teléfonos se conocen mejor a las personas?
R. Esa es una metáfora falsa. Ahora suenan más. Es decir, cuanto tienes la responsabilidad última es muy difícil que te llamen. Ahora no te llaman por interés, sino por amistad, por cariño.
P. ¿Usted también está escribiendo sus memorias?
R. No. Escribo siempre, tengo esa costumbre. Y lo que hago son crónicas sentimentales, en ningún caso hago análisis político. Odio los ajustes de cuentas en lo que se llama la literatura política. Me parecen de mal gusto y, sobre todo, un constante argumento de la escalera. El recurso de decir: ‘¡Ah, pues podría haberlo dicho esto y no lo dije!’. Aun con las discrepancias, me siento profundamente orgulloso de haber sido ministro de Felipe González y consejero de Manolo Chaves.
P. Es el último de su generación que deja la primera línea. ¿La política es ya solo para gente menor de 50 años?
R. No, no. La política es acción, decisión, es valentía y atrevimiento y esas condiciones cuando uno tiene en torno a los 40 años es cuando mejor las toma. Luego está la política senatorial, de consulta, que las personas mayores la pueden hacer mejor.
P. Nunca me han quedado claras las razones de su dimisión.
R. Sin decir que sea todo un argumento perfectamente pensado desde el principio, sí dije en el congreso de 2010 que había que hacer el relevo. Todo el mundo pudo ver que me alié con generaciones más jóvenes. Ya elegí en ese momento a Rafa Velasco, a Susana [Díaz] y a Mario [Jiménez]. Era muy pronto hacer el relevo en las elecciones de 2012 teniendo en cuenta las encuestas y hacerlo con otra persona era quemarla. En el momento en que pude conservar el Gobierno, ya pensé que no me podía presentar en las siguientes elecciones. Y ahí sí se produce el problema de cómo decirlo y cómo hacerlo. Me di cuenta de que en las elecciones siguientes iba a tener 70 años y eso sería seguir engañando. Y a partir de ahí tomé la decisión de hacer el relevo ¿Cuándo y cómo? Eso ya fue más complicado. Pero siempre pensando que no podía ser al final de la legislatura.
P. O sea, usted se quería ir desde el primer momento.
R. No es que me quisiera ir, sino que sabía que era un presidente para hacer la transición. Moví piezas y señalé en el partido a Mario [Jiménez] y en el Gobierno, a Susana. La verdad es que uno y otro lo hicieron maravillosamente bien.
P. ¿Hubo competición entre ellos?
R. Nunca. Ha sido un tándem formidable, todo lo han hecho de común de acuerdo, la coordinación ha existido.
P. También dijo que se iba para quitar presión a la presidencia de la Junta por el caso de los ERE. ¿Lo ha conseguido?
R. Sí. En el tema de los ERE se pueden decir muchas cosas, pero lo que es evidente es que se está convirtiendo el Derecho Administrativo en Derecho Penal. Aquí hay una serie de circunstancias, que se quieren coger como el rábano por las hojas, para determinar que hay responsabilidades penales, lo cual es una barbaridad. Yo puedo hablar de responsabilidad política, pero la penal que afecta a un presidente o a un consejero me parece un disparate.
P. En los ERE hay una responsabilidad política evidente ¿su desgracia fue que no tenía a nadie a quién destituir porque estaba ya fuera del Gobierno?
R. No podía hacerlo, pero aun así lo que se está aplicando es el conocimiento retroactivo. En ningún caso, nunca, jamás, la Intervención detectó fraude ni menoscabo de fondos públicos, sino discrepancia con el procedimiento, pero no hace que tengas que actuar. Solo tienes que actuar cuando te dicen que actúes. Todo el mundo en mi consejería se comportó adecuadamente y, ya de presidente, tomé decisiones para que se cambiara el procedimiento concreto de la Consejería de Empleo, para que se hiciera de otra manera, con fiscalización previa.
P. ¿Nadie se dio cuenta de lo que ocurría?
R. En ese momento lo único que puedes saber es que hay discrepancias contables y a lo largo de un año puede haber muchísimas en miles de procedimientos. Es verdad que lo que ahí se produjo fue una connivencia, probablemente quedará demostrado, entre un centro directivo y personal del exterior. Eso es lo que pasó.
P. Su marcha también ha implicado la de su equipo.
R. No voy hacer comentarios de los que me han sucedido. Pero era un equipo invencible. Antonio [Ávila], Carmen [Martínez Aguayo] , extraordinarios. Estoy convencido de que cada uno tiene que tener su equipo.
P. ¿Sus relaciones con Chaves están rotas?
R. De eso no voy a hablar. Le veo, nos saludamos cordialmente, y nada más. Todos hemos dicho cosas que a lo mejor no debíamos decir y hecho cosas que no debíamos haber hecho. Y punto. Tristeza sí tengo, pero creo que ninguno ha intentado hacer daño al otro, sino que la política, que es condenadamente mala, puede desunir lo que humanamente está unido.
P. ¿En política hay amigos?
R. Lamentablemente creo que no, aunque puedes hacer amigos. Cuando se llega a competir en el ámbito de lo político es muy malo. No he tenido ningún problema con otras personas que han estado en otra dimensión. Puedo decir que soy amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba, tampoco hemos competido.
P. Pero sí le ha criticado.
R. No es verdad. Lo que sí le he reprochado a Alfredo es que no dijera que su proyecto era permanente. Yo lo dije y sabía que no lo era. Ya no se lo reprocho. Ahora mismo él puede hacer lo que quiera con el apoyo que ha tenido de Andalucía. El PSOE andaluz en los momentos más duros siempre ha estado al lado de Alfredo.
P. Si hubiera habido unas primarias de verdad…
R. Eran de verdad. Siempre pongo un ejemplo. A consigue el 25% de los avales y B, el 10% y se dice: valen los dos y A tiene pleno derecho, según la ley, a decir que no vale. No podía hacer otra cosa. A mí me hubiera encantado saber los avales que han tenido los otros. Sabemos los de Susana.
P. Si no hubiera ganado Díaz, ¿qué habría hecho?
R. El momento de riesgo siempre se corre. El problema es que se presentaron quienes no eran diputados y no podía dimitir. Mi idea era ceder la presidencia y luego la secretaría general. El problema de Luis [Planas] es que no era diputado. Pero siempre supe que no había color. Este partido es muy de los suyos y Susana es muy del partido.
P. Durante los 19 años de Chaves no hubo chavismo, ¿con usted se creó el griñanismo?
R. Creo que no y es bueno que no lo haya habido. Los liderazgos fuertes tienen el problema luego de la sucesión. Cuando propuse la limitación de mandatos fue precisamente por eso. Creo que es bueno que se abran siempre las puertas y que no pueda producirse lo que se produjo en Andalucía: 31 años y cuatro presidentes de la misma generación.
P. ¿Y qué ha pasado con la limitación de mandatos?
R. Pues no sé si lo aceptarán o no. Lo he propuesto y me gustaría que se hiciera. Pero yo ya no soy dueño de una voluntad colectiva.
P. Durante su etapa ha habido mucha convulsión interna.
R. Eso no es verdad. Convulsión siempre ha habido y en otras épocas con más división. Siempre ha habido problemas.
P. Con la llegada de Díaz, ¿el PSOE andaluz ha roto el gregarismo con la dirección federal?
R. Impugno la mayor. No es gregarismo. Es saber que el PSOE andaluz es la principal fuerza del PSOE. Esa fortaleza proporciona fuerza a la dirección federal y hace que nosotros convoquemos siempre a la unidad del partido. Hemos cometido errores. La autocrítica es un nosotros que nos incluye a todos. Eso de que la autocrítica empiece y termine con Zapatero me parece un desastre. Hemos cometido errores ¿o es que no nos acordamos de que elegimos en primarias a una persona [José Borrell] y el candidato fue el que perdió [Joaquín Almunia]? Eso es un error.
P. ¿Le ha sorprendido la carrera meteórica de Susana Díaz?
R. Es excelente, una gran política y tiene mucho camino por delante. Sabe perfectamente que lo que tiene que hacer es lo que dice Simeone, partido a partido.
P. ¿Debe tener cuidado con el efecto champán?
R. ¿Cómo el efecto Borrell? Lo que se ha producido es una sacudida que era necesaria. Estoy contento porque si tomo una decisión y provoco una sacudida no solo en Andalucía sino también en España… Era necesario un revulsivo, lo está diciendo todo el mundo Tiene capacidad de liderazgo, sin duda, tiene las cualidades de un líder, conocimiento, capacidad de diálogo, decisión y seguridad.
P. También dicen que el PSOE está tan mal que cualquiera brilla.
R. Sí, por eso está brillando cualquiera. Ese argumento se cae al pronunciarlo. ¡Si cualquiera brilla, brillaría cualquiera! Estaría brillando todo. ¡Anda que no hay gente que se postula! Brilla Susana por sus propios méritos. Es una persona que dice lo que piensa, lo dice bien y con seguridad. Y estudia una barbaridad, metaboliza la información y la hace propia.
P. ¿Le molestó que no le votara como senador?
R. No.
P. ¿La ve como candidata a las primarias generales?
R. Yo de futuro no puedo hablar. Ella ha dicho claramente que se va a quedar a Andalucía, pero evidentemente si fuera candidata a las generales la votaba con los ojos cerrados.
P. ¿Alfredo Pérez Rubalcaba ha salido más fortalecido tras la Conferencia Política del PSOE?
R. Creo que a Rubalcaba se le ha hecho, por parte de algunos compañeros, hablando tanto de primarias, de la fecha… Se le ha quitado la dignidad por parte de mucha gente. No nos damos cuenta de que las personas tienen dignidad. No se pueden hacer esos comentarios, duele mucho eso. No se puede tratar a una persona así.
P. ¿A qué se refiere?
R. A estar diciendo que se tiene que ir, que tiene que hacer ya las primarias… Con esas cosas estás atacando a un secretario general del partido.
P. Pero usted le ha dicho que diga si se presenta o no.
R. Claro, eso se lo he dicho. Bueno le he dicho que diga si se va a presentar, no que diga que no. Se lo he dicho para evitar eso. Lo que están diciendo es que tiene que haber primarias ya. Me ha parecido un juego disparatado, que le ha dañado en lo que es la dignidad de un secretario general. No es justo lo que se le ha hecho.
P. ¿Debe dar un paso atrás?
R. Alfredo va a tomar la decisión que quiera. Todo está sometido al partido. Si se presenta, lo tiene que votar el partido para ser el candidato y si no lo hace, pues no se presenta.
P. Pero si Rubalcaba pierde las primarias tendrá que irse y si no se presenta, también.
R. Por eso yo siempre dije dos cosas: que Rubalcaba era el secretario general y debía tener un proyecto de largo alcance y que las primarias cuanto más cerca de las elecciones, mejor. Tal como están las cosas, el comité federal lo dirá, tiene que ser un calendario que se haga siempre después de las elecciones europeas, antes sería una locura.
P. ¿Es posible una alianza con IU a nivel federal?
R. Siempre que haya un programa común, de gobierno y por escrito. Si no, no lo veo ni con IU ni con nadie.
P. ¿Qué opina de Zoido?
R. Un alcalde que no quiere ser más que alcalde.
P. ¿Javier Arenas?
R. Un excelente político, pero a veces marrullero.
P. ¿Mario Jiménez?
R. Amigo del alma.
P. ¿Manuel Chaves?
R. Un buen político, un gran político.
P. ¿Mar Moreno?
R. Amiga.
P. ¿Diego Valderas?
R. Es un buen político y, además, amigo.
P. ¿Susana Díaz?
R. Mi presidenta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.