Fagor fía su salvación a un acuerdo de última hora con sus competidores

Fagor Electrodomésticos agota las últimas opciones que le quedan para obtener la financiación que necesita para evitar su liquidación. La cooperativa vasca, en preconcurso de acreedores desde el pasado 16 de octubre, calcula que el plazo se agotará en siete o diez días. Si para entonces no consigue una inyección de unos 170 millones echará el cierre definitivo.

La decisión de la Corporación Mondragón, a la que pertenece y de la que fue su embrión en 1956, de negarle más recursos obliga a los rectores de la compañía a explorar otras vías de financiación externas. “El tiempo juega en nuestra contra y es muy corto, pero seguimos con las gestiones”, asegura un directivo de la firma industrial.

“Haier podría ser un aliado natural”, afirma un alto cargo de la firma

Entre las diferentes opciones que está manejando Fagor Electrodomésticos para lograr su supervivencia se encuentra la empresa china Haier, líder en electrodomésticos en aquel país y con la que Fagor Electrodomésticos ya ha suscrito recientemente un acuerdo para abrir una fábrica en Polonia. “Haier podría ser un partner [socio] natural”, sostiene un alto cargo de Fagor Electrodomésticos, quien precisa: “No es el único que ha mostrado interés y con el que estamos manteniendo conversaciones”.

La cooperativa también ha tocado la puerta de otras empresas competidoras y de fondos de inversión, aunque las posibilidades de éxito en todos estos casos son más reducidas. Los responsables de la compañía radicada en Mondragón consideran que “Fagor Electrodomésticos tiene muchos atractivos, entre los cuales figuran sus propias marcas, el conocimiento en la línea de encastre y cocción y en el ámbito tecnológico”. En su contra juegan muchos otros factores, como los 859 millones de euros de deuda o el deterioro que está sufriendo su fondo de comercio por la ausencia de actividad productiva.

Con los problemas de tesorería que sufre, la falta de financiación, su posición al borde del concurso de acreedores, su elevado nivel de pasivo y la práctica totalidad de los activos hipotecados en los bancos, Fagor Electrodomésticos tiene “muy poco margen de maniobra”, reconocen las mismas fuentes. Las fuentes tradicionales de financiación, esto es, las entidades financieras y la propia corporación, están descartadas, salvo que se produzca un cambio drástico de última hora.

Ese vuelco podría darse en la reunión que el próximo lunes mantendrán el grupo Mondragón y Fagor con el Gobierno vasco y la Diputación guipuzcoana, aunque en la cooperativa han asumido que “se hace difícil que se dé un cambio radical en uno o dos días”.Ahora mismo solo están activas las vías excepcionales, entre las que prevalece la propuesta lanzada a “potenciales competidores que puedan tener un cierto interés” en asociarse con la firma.

Haier, número uno mundial de marcas de electrodomésticos, con unos ingresos totales de 25.800 millones de dólares (18.970 millones de euros) en 2012, podría traer la salvación, según el presidente del consejo rector de Fagor Electrodomésticos, Xabier Bengoetxea: “En teoría es la solución, pero tenemos poco tiempo”, afirmó a la televisión local Goiena. A comienzos de septiembre pasado, Fagor y Haier anunciaron la firma de un acuerdo de cooperación para establecer una joint venture y construir una planta de frigoríficos en Wroclaw (Polonia).

Este proyecto podría irse al traste después de que la filial polaca Fagor Mastercook haya solicitado concurso voluntario de acreedores. También había un convenio con Haier para posibilitar la venta de la marca Fagor en China, pero todo está en el aire a la espera del último desenlace. Los problemas para obtener financiación han lastrado a Fagor hasta el pozo de la quiebra.

Urquijo ve “muy complicado” que el Ejecutivo central inyecte dinero

En este sentido, el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, afirmó ayer en una entrevista en la SER que ve “muy complicado” que el Ejecutivo central pueda inyectar dinero público en la coperativa vasca. “Ojalá estuviera en manos del Gobierno de España poder solucionarlo, pero me temo que no va a ser posible”, opinó. A su juicio, no se está ante un problema del modelo cooperativo, sino de competitividad del producto de Fagor, ya que la competencia del exterior y, sobre todo, de Asia es “brutal”.

“Tiene más que ver con la competencia internacional de esos países en los que la mano de obra es muy barata y tienen una tecnología importante. Quizá los costes laborales o salariales de España son de difícil competencia con esos países”, agregó. Urquijo indicó que lo que puede hacer el Gobierno central es crear las condiciones para que invertir en España sea “rentable y resulte atractivo”.