Schulz dice que la UE no puede resolver el problema soberanista de Cataluña

La Unión Europea (UE) no puede resolver el conflicto soberanista porque se trata de una cuestión interna de España en la que no se debe inmiscuir. El alemán Martin Schulz, presidente del Parlamento europeo, estuvo ayer en Barcelona y dijo que sabía de antemano que recibiría una lluvia de preguntas sobre la eventual secesión y que él tendría, igual que hace meses, la misma respuesta: la UE no puede mediar en un litigio que “no puede resolver Bruselas”.

“Es una cuestión de política interna”, afirmó el también candidato socialista a la Comisión Europea tras mantener una reunión con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y luego con Pere Navarro. En una comparecencia junto al líder socialista, Schulz confió en que los catalanes sepan distinguir en las próximas elecciones europeas que en ellas se dirimirá qué Europa se prefiere, si la liberal, la social o la verde y no el debate soberanista. “Siempre en Europa existe una gran tentación de trasladar las cuestiones internas. Ahora vamos a elegir por primera vez al sucesor de José Duran Barroso. La cuestión catalana es importante pero lo que se votará no tiene nada que ver. Los ciudadanos lo sabrán entender”.

Pese a que fue con pies de plomo, Schulz se desmarcó así de la estrategia de Francesc Homs, portavoz de Gobierno catalán, que hace semanas propuso utilizar esos comicios como un sucedáneo de referéndum independentista, si La Moncloa no lo autoriza. Pese a su equidistancia, el alemán lanzó un guiño a la reforma federal de la Constitución que alienta el PSOE. “Soy ciudadano de un estado federal y conozco sus pros y sus contras”, matizó, “pero el federalismo es un proyecto interesante. Y para ilustrarlo, afirmó que anteayer se reunió con el presidente de Baviera, que, además de ser un “gran defensor de la identidad bávara”, es presidenta de la República Federal.

Schulz aseguró que el caso de Cataluña se discute en Bruselas y, en un coloquio en el Foro Nueva Economía, admitió su incomodidad al abordarlo. “Diga lo que diga, la otra mitad, me dirá que estoy en su contra. En Madrid, me reclaman que traslade su mensaje y si me opongo, me dicen que estoy con los catalanes. Y aquí me pasa justo al revés. ¿Qué puedo hacer?”, se sinceró afirmando que hay momentos en que los políticos no tienen toda las respuestas. Y bromeando, negó presiones de Madrid: “La única persona que puede hacerlo es mi mujer”.

Su obsesión es dar una respuesta al paro juvenil en Europa —de un 30%— que a su juicio puede cuestionar la cohesión social del continente. “El otro día, en Italia, una señora me preguntó por mi agenda: Le dije que vendría aquí donde hay un problema difícil. Y me preguntó: ‘¿Y qué pasa allí?’ No lo conocía pero el problema del paro es común en todas partes”. Librero de profesión y tras definir al catalán como una lengua “fantástica”, Schulz explicó que vendía libros de Josep Pla cuando nadie le conocía aquí en su país y reveló que ayer tenía una cita que le entusiasmaba: reunirse otra vez con su “admirado” novelista Jaume Cabré.