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Los nuevos dueños de Cacaolat reducen la plantilla a la mitad

La compañía mejora previsiones y elevará su cifra de negocio un 28%

El compromiso de mantener los puestos de trabajo que adquirieron los nuevos propietarios de Cacaolat, los grupos Damm y Cobega, al comprar la firma no se ha cumplido, según denuncia el comité de empresa. Los 420 trabajadores que tenía la compañía han quedado reducidos a 198, explica el presidente del comité, Antonio Ubago (CGT). "Nos engañaron prometiendo el mantenimiento del personal y desde que la empresa fue suya han hecho lo que han querido", afirma y explica que temen que el próximo susto llegue con la externalización de los 31 empleados del área de distribución.

Las salidas se han producido vía prejubilaciones de mayores de 57 años, salidas voluntarias e incentivadas (33 días por año más una prima) o con despidos. En este caso, recuerda Ubago, la estrategia ha pasado por no despedir nunca a más de un 10% de la plantilla de un centro de trabajo y hacerlo cada tres meses, para no tener que presentar expedientes de regulación de empleo. En cualquier caso, hasta el 31 de enero, Cacaolat se reserva el derecho de aplicar un ERE temporal a 40 personas.

Y es que además del nuevo centro productivo, la inauguración de la fábrica de leche y batidos en Santa Coloma de Gramenet (que durante décadas ocupó Damm) supone la culminación del repliegue que ha llevado a cabo la nueva propiedad de Cacaolat. Ha cerrado todos los centros de producción y distribución (Zaragoza, Parets del Vallès, Tarragona, Girona) y la histórica sede de la calle de Pujades y ha centralizado la actividad en Santa Coloma.

Ayer, durante la inauguración de la fábrica, la compañía mantuvo su compromiso de conservar los 202 puestos de trabajo de la planta catalana. "La plantilla no irá a menos", señalaron fuentes del grupo. Además, estas mismas fuentes insistieron en su intención de iniciar un tercer o un cuarto turno de producción si Cacaolat aumenta el nivel de participación en el mercado catalán y progresa en su expansión internacional. Aprovechando los contactos comerciales que ya tienen Damm y Cobega, Cacaolat está a punto de cerrar su aterrizaje en el mercado norteafricano.

Las previsiones del grupo son optimistas: cifran en 45 millones de euros la facturación para 2013, diez millones más que el pasado año. La compañía no descarta iniciar una línea de productos alimenticios, "siempre que el consumidor los vea debajo del paraguas de Cacaolat", señalaron fuentes del grupo.

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