EU amenaza con expulsar a la candidata que se niega a renunciar a su escaño

El conflicto abierto en Alternativa Galega de Esquerda (AGE) para cubrir la vacante del diputado David Fernández Calviño se ha situado en un callejón sin salida. La que fue segunda en la lista electoral de AGE en Ourense tras Calviño, Carmen Iglesias Sueiro, se enrocó ayer en su postura e insistió en que no renunciará al escaño, pese a que su formación política, Esquerda Unida (EU), la ha amenazado con la expulsión. Calviño es miembro de la otra principal organización integrada en AGE, Anova, y, según los acuerdos de la coalición, su vacante debería ser cubierta por otra militante de ese partido —Iolanda Pérez Docampo, que fue en el tercer puesto de la lista— para no alterar el equilibrio interno entre ambas fuerzas.

 Representantes de la dirección de EU, encabezados por su secretario de organización, Rubén Pérez, se entrevistaron ayer con Iglesias Sueiro para tratar de convencerla de que su postura está creando un grave problema interno a AGE, pero la militante ourensana no cede. “La mía es una posición ideológica, no cederé”, explicó Iglesias Sueiro a este diario. “AGE nació del acuerdo entre varias fuerzas políticas que hicimos un esfuerzo para presentar un programa anticapitalista. Y a mí nadie me dijo que existiera ese pacto para repatir los escaños. ¿Por qué la número tres de la lista va a defender mejor que yo nuestro programa?”.

La dirección de EU está indignada con la postura de su militante en Ourense y ya le ha advertido de que si no cede será expulsada. “No hay una crisis en la coalición. Es solo un problema personal”, explicó la coordinadora de EU, Yolanda Díaz. Pero el conflicto se produce en medio del debate interno abierto en Anova sobre sus aliados para las próximas elecciones europeas y contribuye a reforzar los argumentos del sector partidario de no acudir con Izquierda Unida a esa cita electoral.

Tanto EU como Anova han pedido a Fernández Calviño que no deje su escaño por el momento. El diputado tenía planeado retomar su carrera como investigador científico en Dinamarca. “La orden que tengo en este momento de mis compañeros es que no deje el acta”, admitió Calviño a Europa Press. El aún parlamentario ha decidido retrasar el abandono de la Cámara, pero insiste en que no quiere renunciar a su trabajo en el extranjero “ni de broma”.