Méndez: “Tras doblegar a Zapatero, la derecha se abalanzó contra los sindicatos”
Alfonso Guerra y Alfredo Pérez Rubalcaba entre los autores del libro-homenaje presentado este jueves en Madrid
La presentación del Libro Luis Gómez Llorente, educación pública y socialismo este jueves en la fundación Julián Besteiro de Madrid, se transformó en una velada de reflexión y autocrítica sobre la historia, las relaciones partido-sindicato y la disidencia en el seno del Partido Socialista Obrero Español, dimensiones que el político y enseñante socialista fallecido en octubre de 2012, glosado en el libro y homenajeado, asumió resueltamente desde su juventud. Así lo pusieron de relieve Manuel de la Rocha y Antonio García Santesmaeses, exdiputados nacionales, dirigentes de la corriente Izquierda Socialista, integrada orgánicamente en el PSOE, y compiladores de los 21 artículos y cuatro epílogos que componen la publicación, editada por La Catarata. El libro incluye, entre otras, las rúbricas de Alfredo Pérez Rubalcaba, Alfonso Guerra y del líder de UGT, Cándido Méndez, que intervino en la presentación junto al presidente de la fundación anfitriona, más los dos compiladores y Carlos López Cortiñas, presidente del sindicato de la Enseñanza FETE-UGT.
Con respecto a la trayectoria de Luis Gómez Llorente, Cándido Méndez le atribuyó la condición de “enormemente pragmático”, para destacar la conexión que a lo largo de su actividad política y sindical el homenajeado estableció entre planteamientos teóricos y práctica política. Ésta se vio signada por una militancia sindical de base y continuada en la Unión General de Trabajadores, UGT, con fases de actividad política socialista desde su comienzo en un período a partir de 1956, en el que sería detenido como dirigente de las Juventudes Socialistas, hasta la culminación de la Transición, ya en 1979.
18 años de silencio
En aquella fase, Gómez Llorente llegaría a detentar la secretaría de Formación del PSOE y la Vicepresidencia del Congreso de los Diputados, a la que accedió como diputado electo por Asturias. Durante su mandato, subrayaron los ponentes de la conferencia, “se distinguió por un constante batallar a favor de la Enseñanza pública gratuita, también para los centros concertados; por la democratización de la educación mediante la participación en las aulas, la remuneración directa entre la Administración y los enseñantes y, destacadamente, por un laicismo estatal cívico conforme al corpus de la Constitución, en la redacción de cuyo articulado relativo a la Enseñanza Luis Gómez Llorente intervino de manera decisiva para su configuración normativa”.
Inmediatamente después de aquella etapa de actividad política con proyección pública, por discrepancias con el rumbo ideológico y político adoptado por Felipe González con su abandono del marxismo tras el 28º Congreso socialista -que la facción de izquierda encabezada por Luis Gómez Llorente políticamente venció-, éste abandonó pese a ello la primera fila de la escena y "permaneció en silencio" durante 18 años, dedicado la tarea de la formación de militantes entre aquella fecha y el comienzo del mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, según subrayó Antonio García Santesmases. Las razones de su silencio, que adquiriría una dimensión socrática, las situó en "su deseo de mantener la coherencia ideológica propia y de no interferir en la trayectoria electoralista adoptada por González y Guerra, que culminaría en 1982 con su victoria en las urnas con 202 diputados socialistas".
Todos los intervinientes subrayaron "la integridad, inteligencia, voluntad didáctica y coherencia política" del homenajeado, así como "su compromiso con las libertades, su vocación docente, su estilo machadiano de vida y su talante afable". Le definieron como "heredero del legado de Pablo Iglesias", fundador de la Unión General de los Trabajadores.
"Resorte imprescindible"
Para el líder sindical Cándido Méndez, que mostraba un brazo en cabestrillo, Gómez Llorente asumió en su vida el compromiso implícito del sindicalismo como soporte de la historia del movimiento obrero. “No fue extraño que la derecha, tras pugnar por doblegar el pulso del presidente Rodríguez Zapatero (al final de su mandato) se abalanzara contra los sindicatos, para criticarlos y desacreditarlos, ya que son el último e imprescindible resorte con el que cuentan los trabajadores para su defensa”. Méndez remarcó asimismo que "nosotros desde el movimiento obrero nos hemos equivocado respecto del capitalismo, puesto que, tras haber abandonado su dimensión productiva y haber adoptado otra de tipo especulativo-financiero, ha dejado de ser un modo de producción para convertirse en un modo de poder que no admite contrapoder alguno, ni político, ni social, ni laboral”.
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