Perecen 18 de los 22 calderones varados en la costa norte de Galicia
Tres alevines hembras sobreviven y consiguen irse mar adentro
Han peleado durante dos días para guiarlos mar adentro y, pese al esfuerzo, han muerto casi todos. 18 de los 22 calderones tropicales que vararon el lunes por la mañana en la playa coruñesa de Mañón, junto al cabo de Estaca de Bares, han perecido ya. A última hora de la tarde del martes (20:15 horas), la Cemma (Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos) ponía fin al operativo y hacía un último recuento desolador de los cadáveres de los cetáceos odontocetos que han ido recogiendo en la costa más septentrional de A Coruña y Lugo: 18 en total.
Seis perecieron el lunes en el puerto de Bares. Con cubos y cuerdas, unas 60 personas, entre vecinos, voluntarios y efectivos de Protección Civil, humedecieron y reflotaron a los otros 16. Pocas horas después, el grupo se dividía: varios ejemplares volvían a encallar pocos kilómetros al Este, en la playa de Arealonga, en O Vicedo (Lugo) y morían seis más. Otros siete se adentraron río arriba por la ría de O Barqueiro en aguas del Sor. De los siete que nadaron desorientados por el río, fallecieron seis y uno desapareció.
Han muerto todos los machos, entre ellos el jefe del grupo, el más veterano, que probablemente herido o enfermo, condujo la manada tan cerca del litoral que la bajamar los emboscó en el puerto de Mañón, con una escollera submarina de grandes rocas en el fondo (coído) que fue una tramPa mortal. También varias hembras adultas y todas las crías.
Tres ejemplares alevines de hembras lograron volver el martes al océano aunque sus probabilidad de sobrevivir en solitario, con el estómago vacío y muy estresadas, son muy bajas, explica Alfredo López, portavoz de la Cemma. Hay un cuarto calderón al que logrado localizar. Dudan si seguirá en el río o si logró regresar por sus medios al mar. Durante todo el día, un equipo de 20 personas de la Cemma, técnicos de Medio Ambiente de la Xunta y efectivos de Protección Civil y emergencia de la zona se han volcado en el rescate.
Los calderones son mamíferos de la familia de los delfines pero más grandes y pesados. Pueden alcanzar los cinco metros de largo y pasan de mil kilos. Se alimentan, básicamente de calamares, y bucean en aguas muy profundas cerca de las islas atlánticas -Canarias, Madeira o Azores- que no suele acercarse a la costa. Esta manada estaba a muchos kilómetros de su hábitat natural. No obstante, no es la primera vez que se produce un varamiento masivo de calderones en este tramo de la costa gallega. En septiembre del 98 llegaron 14 y fueron más de 30 en Burela en 2003.
La Cemma ha tomado muestras de los cadáveres de los cetáceos para hacer las necropsias y averiguar que pudo pasarles. Se conservarán algunos esqueletos de calderón para exponer en el Museo da Natureza con fines educativos y científicos y el resto, serán incinerados cuanto antes para evitar un problema de salud pública cuando empiecen a descomponerse al sol.
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