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Los títeres invaden Santiago

Veinte compañías de todo el mundo pasarán por el Festival Galicreques

“Los títeres pertenecen al imaginario universal de cada uno de nosotros, ¿quién no ha jugado con un muñeco alguna vez en la vida?”. La explicación de Jorge Rey, director del Festival Internacional Galicreques, es una invitación para ver espectáculos que tanto pueden servir para niños como para adultos. Desde este sábado, y a lo largo de una semana, este festival llenará de muñecos varias plazas emblemáticas y locales diversos de Santiago. La ciudad espera recibir cerca de 7.000 personas, y ratificar el auge de los títeres en Galicia, avalado por este certamen junto con el Titirideza de Lalín y el multitudinario festival de títeres de Redondela. “Los títeres recuperan terreno porque los espectáculos no son costosos y llenan plazas con gente de todas las edades”, afirma Jorge Rey, director de este evento organizado por la Asociación Cultural Barriga Verde.

En los próximos días, la programación de Galicreques acogerá en Santiago más de medio centenar de pases a cargo de una veintena de compañías llegadas de varios puntos de la Península y de diversos países de todo el mundo. Nada que ver con el pobre panorama que había en esta ciudad hace 18 años, cuando se celebró por vez primera el certamen. “En aquel momento había unas seis o siete funciones en todo el año y ahora puede haber unas 300 funciones anuales. En eso creo que influyó el festival, que siempre se preocupó por la formación y por mezclarse con gente que venía de otros sitios”, explica Rey. En esa apuesta por la formación se incluyen desde cursos de guión para títeres, hasta talleres para niños, exposiciones e incluso el congreso de Unima (Unión Internacional de Marionetistas) , que se celebrará el próximo sábado 5 de octubre y espera reunir cerca de un centenar de titiriteros profesionales llegados de todos los puntos de la geografía española. Estos profesionales debatirán desde la situación de su sector hasta aspectos que tienen que ver con la creación artística en el amplio abanico de técnicas que abarca el mundo de los títeres. Una muestra de esta variedad es el extenso programa del festival, donde no habrá lugar para el aburrimiento.

El espectáculo que abrió el certamen este sábado en la Sede de la SGAE fue una singular “Caperucita Roja”, representada por los murcianos Teatro de los Claveles, que reinterpretaron este cuento tradicional metiendo a los muñecos en una caja de música, “y dándole un marcado carácter feminista, donde Caperucita y su abuela llevan el mando y la resolución de la narración”, según resume el director del festival. La obra que parece a priori una historia para niños ha sido premiada en festivales para adultos que van desde Quebec a Kazajistán.

“Los títeres son una disciplina que acoge otras muchas artes”, afirma Jorge Rey, que corrobora sus palabras citando compañías de técnicas y escenografías tan diferentes como los muñecos mecanizados que usa en la obra “Golulá” la compañía gallega Galitoons, o la obra “Cenicienta en tiempos de Velázquez”, del grupo La Mar de Marionetas. Esta compañía madrileña parte de un trabajo que tiene como base los cuentos populares y unos muñecos que se inspiran en el cuadro “Las Meninas” de Diego Velázquez. En esta línea de trabajo cada compañía se construye sus muñecos, que forman parte del discurso estético y narrativo. Un ejemplo para comprobarlo será “O Romance dos figos de ouro”, una obra que en su día escribió el dramaturgo Roberto Vidal Bolaño y que ahora vuelve a rescatar Teatro Cachirulo, que han elaborado y pintado a mano sus propios muñecos de madera.

Incluso hay piezas que mezclarán actores reales y marionetas, como “Las cosas también tienen mamá” de los prestigiosos chilenos La Mona Ilustre, que el dia 6 de Octubre cerrarán la programación y son uno de los platos fuertes del festival.

Galicreques incorpora en esta edición secciones innovadoras como son el microteatro para títeres que se podrá ver en el local alternativo A Regadeira de Adela, uno de los espacios creativos más originales de la ciudad, y sobre todo una singular programación dedicada a los bebés. “Venían muchos niños muy pequeños en brazos de sus padres y no alcanzaban a comprender espectáculos que eran para niños de más edad, entonces nos dimos cuenta que había una demanda que vamos a tratar de cubrir” avanza el director, sobre esta nueva sección con la que espera captar al público de apenas unos meses. Para bebés, para niños o para adultos, casi veinte años después, las marionetas del Festival Internacional Galicreques se han convertido en un clásico en Compostela. Esta semana es una buena ocasión para comprobarlo.

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