El Poblenou pelea por su Rambla
Vecinos y Ayuntamiento no logran poner en marcha un proceso participativo conjunto sobre el futuro de la calle
Los vecinos del Poblenou seguirán en solitario con el proceso participativo que pusieron en marcha el pasado mes de mayo para influir en la rehabilitación de la rambla del barrio que quiere llevar a cabo el Ayuntamiento. Una asamblea vecinal rechazó ayer, por aplastante mayoría, que el Consistorio se sume al proceso porque el concejal del distrito de Sant Martí, Eduard Freixedes (CiU), pretende integrarse imponiendo sus condiciones, como acabar con el carácter asambleario del proceso. Los vecinos prevén presentar en diciembre una propuesta concreta sobre la rambla y exigen que el Consistorio la tenga en cuenta.
Algo lleva meses moviéndose en el Poblenou. Lo que empezó en noviembre del año pasado como un descontento vecinal por el cambio de las baldosas de la tradicional vía por asfalto ha terminado convertido en un completo proceso participativo sobre el futuro de la vía, llamado Fem Rambla. Los vecinos, asesorados por la consultora Urban In —un colectivo que trabaja en planificación urbana, que no cobra un euro—, han puesto en marcha 11 grupos de trabajo, una encuesta a 483 vecinos, jornadas de debate y paradas informativas. Próximamente esperan hacer itinerarios con diferentes colectivos por la Rambla para identificar sus necesidades.
A finales del año, tras procesar la información, esperan entregar tres conclusiones: información física de cómo debe ser el tramo de la rambla aún pendiente —entre Taulat y Calvell y que pueda ser modelo para futuras reformas—; un plan de usos ciudadano; y una propuesta metodológica para realizar procesos similares.
Desde que en abril de este año los vecinos bloquearon las máquinas que iban a realizar los trabajos en la rambla, muchos vecinos han dicho la suya sobre la vía, tanto a través de Fem Rambla como de las Audiencias Públicas y consejos de barrio. Terrazas que ocupan la mitad de la calle, ciclistas incívicos, dueños de perros que no recogen los excrementos... En la asamblea de ayer volvieron a salir las quejas. “No es justo que yo haya tenido que abandonar la mitad de mi piso por el ruido”, se lamentó un asistente.
Ayuntamiento y vecinos mantienen sus discrepancias sobre el proceso participativo, sobre todo porque parten de posiciones antagónicas. Desde Fem Rambla consideran irrenunciable que todo sea asambleario, mientras que el distrito pide que se haga mediante delegados. Los vecinos también acusan al Consistorio de no querer poner todos los temas sobre la mesa, como por ejemplo el de regular las licencias de actividad de las terrazas o el del asfalto que se quiere utilizar.
“Este no es un proceso participativo contra nadie”, aseguró ayer Pere Nieto, vecino vinculados a Fem Rambla. “No estamos pidiendo mejorar las farolas o hacer grandes inversiones. La gente lo que teme, según la encuesta, es perder su rambla de toda la vida, no quiere grandes transformaciones”, agrega Nieto. De entrada, los vecinos no se cierran a una consulta ciudadana, pero la cogen con pinzas: “No queremos caer en la trampa de una votación pavimento sí o no”, agrega Nieto.
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