Cae el telón del victimismo
La rendición de Fabra ante Rajoy a la hora de exigir una reforma del Estatuto ha retratado al PP
Durante años el PP blandió la espada del victimismo para sublimar su política mientras se destruían sectores productivos y dilapidaban los activos de la Comunitat Valenciana. Esta semana, por si quedaba alguna duda, ha caído el telón de la ignominia. La rendición de Fabra ante Rajoy a la hora de exigir una reforma del Estatuto pactada por todos los grupos para garantizar que los valencianos recibamos las mismas inversiones que catalanes o andaluces, ha retratado al PP. Todo fue una gran mentira.
Fabra, tras dos décadas de gobiernos del PP basados en la corrupción, el despilfarro y la mala gestión, culmina un trayecto que ha llevado a esta tierra al 30 % de paro, al 30% de deuda y al 30% de exclusión social. Y el fantasma del victimismo ya no da más de sí.
Fabra ha presenciado impasible cómo toda la política hídrica del PP valenciano quedaba reducida a cenizas cuando ya nadie se acuerda de reclamar el Ebro y dejan minimizar el trasvase del Tajo. ¿De qué han servido los millones de euros gastados en fundaciones fantasma, las paellas, la propaganda sin límite?
Rudi imponía su ley -acordada con Cataluña- y Cospedal imponía un tope al Tajo que acaba con el trasvase a Alicante.
Y, en todo momento, la indiferencia. Han votado en varias ocasiones en el Congreso contra la mejora de la financiación autonómica o han acatado sin pestañear el trato dispensado por el ministro Soria a los sectores industriales y a las peticiones efectuadas para que el gobierno luchara contra el traslado de una empresa rentable como Galmed a Alemania.
Las reivindicaciones ante el gobierno de Zapatero ahora son genuflexiones ante el de Rajoy
En la Escuela de Verano del PP en Gandia, el comando central de intervención rápida, formado por Cospedal y Montoro, arruinaba y echaba a la basura la Reforma Estatutaria pactada. Los que siempre se arrogaban el monopolio de la defensa de los intereses de los valencianos -enfrascados en la permanente ofensa- han acabado traicionando a toda la Comunitat Valenciana.
Cuando las evidencias resultan indiscutibles, el PP no deja de insultar la inteligencia de los ciudadanos. Trata de disimular este atiborrado escenario mediante una maniobra tan embustera y cobarde como inútil y estéril: la supuesta pretensión de ahorrar ocho millones de euros a las arcas valencianas al evitar un referéndum. Han roto unilateralmente el consenso que propició el estatuto por lo que nadie podrá fiarse de ellos en el futuro.
Es patético que se argumente como solución la reducción de unos cuantos diputados por quienes propusieron su aumento con la misma pasión hace muy pocos años. Tan ridículo como que el dinero que pretende ahorrar es prácticamente el mismo que se ha gastado en dos camiones de bomberos parados todo un año en el aeropuerto de Fabra, en el que, de momento, solo hay conejos. Ese ahorro puede ser inmediato con la supresión de 20 asesores -entre ellos un cocinero- del presidente que más ha tenido en la historia de la autonomía.
Mediante una suerte de “prevaricación política”, Fabra tomó la decisión de retrasar el proceso a sabiendas de la injusticia de esa determinación y del perjuicio causado a la Comunitat. Veamos si no, Fabra para ahorrarse ocho millones una vez en la vida renuncia a ingresar 500 cada año. ¿A quién pretende engañar? Ningún otro presidente habría llegado nunca tan lejos en contra de los intereses de sus ciudadanos y ciudadanas.
Los valencianos saben, comprenden y también vislumbran el alcance del juego político del PP que no resuelve los problemas urgentes de los ciudadanos y, además, se permite el lujo de tratar de engañarlos.
Las reivindicaciones del PP ante el Gobierno de Zapatero han pasado a ser genuflexiones ante el de Rajoy. Sus alaridos de antaño han acabado siendo un boomerang que destroza las mandíbulas de los que utilizaron las instituciones valencianas como maniobra de desgaste contra el gobierno socialista.
Los valencianos, tras dos décadas de gobiernos del PP quieren cambio y el cambio real vendrá de la mano de los socialistas. Desde las convicciones y la humildad, con el concurso de los sectores sociales estamos levantando un nuevo proyecto para una nueva Comunitat Valenciana, donde sus ciudadanos recuperen la confianza y la ilusión para que, entre todos, podamos salir adelante.
El PP es un lastre. El PP es el problema y los valencianos ya lo saben. No va a ser fácil ganar y va a ser más difícil gobernar porque el PP ha convertido la Comunitat Valenciana en un solar pero vamos a ganar y vamos a gobernar para que todos los valencianos tengan una oportunidad de futuro.
Ximo Puig es secretario general del PSPV-PSOE
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