Vecinos de Sevilla exigen seguridad tras la sucesión de actos violentos
Tres violaciones y dos tiroteos en un mes avivan la preocupación de los ciudadanos
Los vecinos de algunos barrios del sur de Sevilla no se sienten seguros. En la última semana, la supuesta triple violación de dos menores en la zona que rodea al parque Amate y el tiroteo entre dos clanes de droga que ha causado la muerte de una niña de siete años en las Tres Mil Viviendas dan que hablar y que pensar. Estos hechos y un altercado con fuego cruzado entre varios vehículos en la barriada de Santa Aurelia —que pertenece al distrito Cerro-Amate— el pasado 29 de julio, no han hecho más que destapar que la zona meridional de la capital no la consideran segura muchos de sus vecinos. El último Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (EGOPA) refleja que, para los andaluces, la inseguridad ciudadana es uno de sus cuatro problemas principales.
Muchos vecinos del distrito Cerro-Amate comparten esta preocupación. Triana, de 25 años, vive en él y afirma que a su tía le han robado el bolso recientemente y que el año pasado asaltaron al gestor de un autoservicio. Ella no considera segura la zona, ni cree que haya suficientes policías. "En un supermercado de al lado de mi casa van a robar cada dos por tres, una de las últimas veces a tiros", cuenta. Además, denuncia que los agentes solo acuden en ocasiones. "Llamas a la policía y nunca viene, a no ser que digas que te han apuñalado". Garantiza que telefoneó a las fuerzas de seguridad en varias ocasiones, cuando unos adolescentes quemaban cartones en la calle o un hombre agredía a su novia en plena acera, y que los agentes nunca llegaron. "Ahora, además, están robando en las casas, así que en la mía echamos la llave por dentro, cosa que antes no hacíamos".
La delincuencia se mantiene como un problema principal para los andaluces
Francisco Márquez, aunque en su vivienda no ha tenido problemas, lo tiene claro. "Hace falta que haya más seguridad. Hace un mes y medio me rompieron la ventanilla del coche para robar. El vehículo estaba en un aparcamiento privado", asegura.
"Es que no hay nada de seguridad. La policía solo pasa, echa un vistazo y punto", afirma tajante la dueña de un establecimiento cercano al parque Amate. "Ha ocurrido de todo en este barrio", cuenta, y explica que en su local han intentado robar dos veces, aunque ambas cuando estaba cerrado. Señala otros negocios de la zona y apunta que no es la única que ha sufrido asaltos. Por esa calle pasan dos señoras y ambas aseguran que ellas solo salen de día, que por la noche les da miedo y no se atreven.
Fuentes de la Delegación del Gobierno afirman que los hechos recientemente acaecidos en Amate no tienen nada que ver con la muerte de la niña en las Tres Mil Viviendas, ya que en el primer caso las violaciones se cometieron, según fuentes policiales, en domicilios particulares relacionados con los agresores. Respecto al barrio marginal, aseguran que "se mantiene el dispositivo de vigilancia".
La presidenta de la plataforma Nosotros También Somos Sevilla —que aglutina a diversos colectivos del barrio de las Tres Mil Viviendas—, Rosario García, denunció hace días que la seguridad "brilla por su ausencia" en esa zona y que "las armas están a la orden del día". García destacó que, pese al alto grado de delincuencia en la barriada, esta sigue sin disponer de una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.
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