Madrid, capital del turismo de negocios
Adelson quiere explotar la condición de la ciudad, cuarta organizadora mundial de eventos
Las Vegas, con sus luces de neón y desenfreno en medio del desierto de Nevada, se ha convertido por méritos propios en el epicentro del negocio del ocio de Estados Unidos. Su conversión en destino turístico, por sí misma, en su condición de ciudad-Estado del entretenimiento, ha hecho que cada dependa menos del turismo de negocios. Según la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA según sus siglas en inglés), de los 11.219 grandes eventos que se celebraron en el mundo en 2012, la Ciudad del Pecado fue la 117º receptora, con 19. Muy alejada de Madrid, cuarta en el ránking con 164 por detrás de Viena (195), París (181) y Berlín (172). Consciente de la fortaleza de España como destino mundial de congresos, tras Estados Unidos y Alemania, Las Vegas Sands Corporation quiere hacer de Madrid la capital mundial de convenciones. “El objetivo es que seamos el gran centro de convenciones del sur de Europa”, esgrime el presidente regional, Ignacio González.
El turismo de negocios es la piedra filosofal del proyecto que Las Vegas Sands presentó el jueves a la Comunidad, tras una demora de tres meses. La propuesta de Sheldon Adelson, magnate del juego y accionista mayoritario de la firma estadounidense, es capitalizar el atractivo de Madrid, que cuenta con 32.000 plazas hoteleras —Las Vegas Sands proyecta otras 36.000, a 3.000 en cada uno de los 12 hoteles que construiría— como imán internacional de reuniones. “El 30-40% de las habitaciones de los hoteles estarán ocupadas por clientes de ferias y convenciones, los cuales aumentan considerablemente los niveles de ocupación entre semana y complementan a la perfección el turismo de ocio que va a la ciudad durante los fines de semana y ocupan el 65% de las habitaciones”, recoge el informe presentado por Andrew Tottenham, director general de la multinacional en Europa.
La superficie destinada a ferias y convenciones sería de 176.000 metros cuadrados, casi similar a la de la IFEMA. Una de las dudas derivadas del proyecto de Eurovegas es precisamente si la Feria de Madrid, cuyos clientes son en un 90% pequeñas y medianas empresas, sería viable, desaparecería o terminaría absorbida. A la espera del desenlace, uno de los pilares de crecimiento de IFEMA es la expansión internacional: este año va a realizar tres ferias en el extranjero.
Para explotar la afluencia de huéspedes, el complejo de Eurovegas contaría con un gran pabellón de 15.000 espectadores, que Las Vegas Sands destinaría a “una amplia oferta de contenido, que incluirá musicales de Broadway y Bollywood, música pop y recitales de música clásica, así como los mejores eventos deportivos”. También habría nueve salas de espectáculos, con 1.800 asientos cada una; dos teatros principales con el mismo aforo; y otras siete salas de teatro, con 850 asientos cada una.
Y, claro, también habría cabida para el juego. Los seis casinos previstos para 2020 contarían con 1.605 mesas, 18.000 máquinas recreativas y 44 salas de juego privadas. De acuerdo con el informe presentado por Las Vegas Sands, el espacio dedicado al juego ocuparía el 3,1% de la superficie de Eurovegas. Su importancia en el volumen de negocio sería del 15%, según apuntó en primavera Michael Leven, consejero delegado de la compañía estadounidense.
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