El ‘banco malo’ se queda el crédito de la torre más alta de Benidorm
La dirección abandona el proyecto con el 94% del edificio completado
Como si fuera la perfecta metáfora de un fin de ciclo, el edificio que estaba llamado a establecer un antes y un después en el urbanismo de Benidorm ha acabado en la lista de préstamos del Sareb (Sociedad de Gestión de Activos de la Reestructuración Bancaria). El denominado banco malo se ha quedado el crédito que Nova Caixa Galicia extendió a la promotora Olga Urbana hace ya más de ocho años con una quita aproximada del 60%, una anomalía más sufrida por este leviatán de cemento que arrastra una historia más trabada de lo esperado.
El Sareb ha asumido el préstamo que la entidad gallega hizo al proyecto del edificio residencial más alto de la Unión Europea por una cifra que ronda los 54 millones. El crédito inicial que la promotora obtuvo de Caixa Galicia en 2005, cuando comenzaron las obras, rondó los 90 millones de euros y acabó en Nova Caixa Galicia, la entidad resultante de la fusión entre Caixa Galicia y Caixa Nova.
La absorción del préstamo se produjo el pasado invierno, aunque el dato no ha trascendido hasta hacerse eco la web local lamarinaplaza.com el pasado sábado. Resulta curioso que al ser preguntada por ello, Olga Urbana dice “no disponer del dato de forma fehaciente”, mientras que el Sareb y Suasor, la mercantil contratada por la promotora para el control de gastos, lo admiten sin problemas.
Alturas problemáticas
El edificio In Tempo opta al premio internacional FIB a la mejor construcción de hormigón. 2.500 toneladas de acero y 29.000 metros cúbicos de hormigón bien lo valdrían, aunque no se ha podido conocer el coste final de este coloso. Su promoción publicitaria siempre tuvo grandes pretensiones: “Su singular diseño marcará una época y se convertirá en el símbolo de una filosofía arquitectónica”.
En un municipio con escaso territorio, la apuesta benidormí por el urbanismo vertical no carece de lógica puesto que deja espacio para muchas otras cosas. Siete de sus rascacielos superan los 120 metros de altura; otros 20, los 100. Sin embargo, a partir de los 150 metros parecen encontrar nubes grises. El Bali, de 186 metros de altura, costó 90 millones y tardó 15 años en construirse. Tanto que hasta sirvió al cineasta Bigas Luna como escenario para mostrar en Huevos de oro la ambición desmedida de un joven empresario empeñado en construir un rascacielos. El tercer edificio más alto de Benidorm y, hasta la llegada de In Tempo, edificio residencial más alto de España, la Torre Lugano, tiene una demanda interpuesta por sus inquilinos-compradores en la que piden 28,2 millones por “vicios controlados”. El Ayuntamiento siempre ha defendido el modelo de las alturas por su consumo sostenible de agua y luz.
El edificio tiene un 94% de su obra completada. Su finalización estaba prevista primero a mitad del 2009. Luego se alargó al verano de 2011. Sin embargo, sus colosales medidas aún no han sido alcanzadas: 200 metros de altura, más de 47 plantas y 269 viviendas distribuidas en un figura formada por dos números unos enfrentados y unidos por un cono de ocho plantas a partir de los 174 metros de altura.
Para hacerse una idea de la magnitud del edificio hay que pensar que, llegando por carretera desde el sur, su visión aparece entre las montañas a 11 kilómetros de Benidorm. No es hasta seis kilómetros después que su imagen se une a la del resto del skyline de esta ciudad de los rascacielos.
Llamado In Tempo con una clara vocación de perpetuidad, el edificio cuya promotora pensaba que dividiría “en dos partes la historia del urbanismo de Benidorm” ha sufrido, además de la crisis, otras dificultades. En junio de 2011 se cayó el montador de carga con 13 operarios dentro, dos de ellos resultaron muy graves. El posterior agosto los obreros se negaron a entrar a trabajar hasta prometérseles el pago de un sueldo que, según decían, siempre llegaba tarde. El colofón lo puso el equipo de arquitectos encargado de su alzamiento, que abandonó el proyecto el pasado mayo.
“Son unos irresponsables”, han señalado desde Suasor al tiempo que invitan a los arquitectos a dar explicaciones a una situación que la propia Olga Urbana dice no entender. Los despachos responsables (Olcina y Radúan Arquitectos y el despacho de Pérez-Guerra) han eludido pronunciarse.
Hasta ahora, solo se han vendido el 35% de viviendas. “De momento no se plantea alterar los precios”, asegura Olga Urbana.
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