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La fiesta cromática de Cabra de Luna

El Museo del Patrimonio de Málaga repasa dos décadas de producción del artista malagueño

Varios visitantes observan una de las obras de Cabra de Luna.
Varios visitantes observan una de las obras de Cabra de Luna. García-Santos

Color, mucho color. Colores que resaltan en las inmaculadas paredes del Museo del Patrimonio de Málaga y con los que el abogado, artista, poeta, académico y coleccionista José Manuel Cabra de Luna (Málaga, 1949) ofrece un verdadero festín cromático para los sentidos, cuya energía no deja indiferente al visitante. “Elias Canetti, que era un zorro tremendo y listo como el hambre, tiene una frase: Aunque solo fuera por los colores merecería la pena vivir eternamente”, comenta el artista.

Cabradeluna es el nombre que recibe la exposición que se puede visitar hasta el próximo 13 de octubre y que reúne 150 obras de este polifacético malagueño, donde el color es el elemento principal que articula y define toda su obra. Óleos, grabados y serigrafías, libros de artista y joyas, además de dos pinturas murales realizadas expresamente para la ocasión, forman parte de esta muestra, que recorre las dos últimas décadas de producción del artista.

Pintar es vivir. No un sustituto del vivir, sino vivir

Cabra de Luna

Goethe, en su libro Teoría de los colores, decía que los colores son padecimientos de la luz. Fíjese que cosa más bonita. Para mí, los colores son un milagro. Cuando soy capaz de unir dos colores que antes no los había visto juntos, sabiendo además que son infinitos, se me abre un mundo precioso”, apunta Cabra de Luna.

Recorriendo la muestra se puede apreciar una evolución clara, pero también decidida, en el terreno de la forma y el color, entendidos estos como elementos esenciales de la creación artística, y como tales, también vertebradores de una forma de ser y también de estar.

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Cabra de Luna lleva años entregado de una manera elegantemente silenciosa a la pintura. “Pintar es vivir. No un sustituto del vivir, sino vivir”, afirma.

Apasionado lector, fundamentalmente de poesía y filosofía, la obra de Cabra de Luna se ha movido siempre en el color, un color que articula, vibrante, unas estructuras aparentemente racionales, pues, como buen conocedor y admirador del poeta José Ángel Valente, sabe que el acto de creación “se produce en un momento de hiperrazón, que es exactamente lo contrario a la carencia de ella”.

“A través de sus obras, el artista no afirma, todo lo contrario, se interroga y nos interroga. Nos plantea cuestiones consustanciales al propio acto creador, pero también cuestiones universales”, señala el comisario, José María Luna.

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