García de Paredes asegura que quiso cobrar menos pero no le dejaron

Javier García de Paredes, mano derecha de José Luis Méndez en Caixa Galicia y ‘número 2’ en Novagalicia Banco hasta septiembre de 2011, cuando se prejubiló con 51 años con una indemnización millonaria, explicó en la comisión de investigación de las cajas que él no quería cobrar tanto como finalmente recibió en concepto de sueldo e indemnizaciones, cantidades que según dijo le fueron impuestas por otros dirigentes de la entidad.

García de Paredes aseguró que cuando fue nombrado director general de Caixa Galicia asumió “las facultades, pero no el cargo”, por lo que rechazó un contrato de alta dirección. Posteriormente, con las cajas ya fusionadas, “me ofrecen un contrato de alta dirección porque mi puesto lo requería y porque directivos inferiores a mi puesto tenían un contrato de alta dirección”, explicó, al tiempo que indicó que entonces renunció “al 36% de mi fondo de pensiones, que es una cantidad significativa”. García de Paredes explicó que cuando la caja fusionada se convirtió en banco y el preparó su salida de la entidad “hablo con el presidente y me propone una nueva cantidad que consistía en renunciar al 70% del fondo de pensiones y al 40% de la jubilación, y acepto la propuesta sin más, pero no se firma porque el Banco de España pide que se haga conjuntamente con otras”, algo que nunca se llegó a concretar antes de ser imputado por esos ingresos.

Sobre las participaciones preferentes, el ex dirigente de Caixa Galicia también eludió responsabilidades. “Nunca tuve responsabilidades de emisión ni de comercialización de preferentes, pero eso no me impide reconocer que en caso de mala comercialización hay que atender esas reclamaciones”, indicó.

En cuanto al fracaso de la fusión, “viable” en 2010, lo atribuyó al agravamiento posterior de la crisis y al cambio de las normas financieras. García de Paredes detalló que en septiembre de 2009 se reunió con José Luis Pego, responsable de Caixanova, quien le dijo que no contemplaba una unión con Caixa Galicia. García de Paredes le pidió que lo analizase y que lo consultase con la Xunta, que a partir de enero de 2010, con el informe de KPMG que la avalaba ya en su mano, apostó abiertamente por la fusión de ambas cajas gallegas.

Según García de Paredes, una vez consumada la fusión, “todo el esfuerzo que se requirió de saneamiento” para unir ambas cajas “por obra y gracia del BOE se torna contraproducente” con las exigencias de la nueva normativa estatal sobre entidades financieras, lo que derivó en la conversión de la entidad en banco.

Aunque aseguró que el Banco de España sugirió inicialmente una operación corporativa de Caixa Galicia con Caja Madrid y la CAM, García de Paredes aseguró que su “preferencia siempre fue aquella que permitiese la permanencia de un proyecto independiente en Galicia”. También pidió que los análisis se hagan con la información disponible en aquel momento y que “si la fusión era viable, y todo el mundo dijo en aquel momento que era viable, no entiendo por qué había que hacer otra operación fuera de Galicia”.