El acusado de matar a su exmujer mientras dormía se desvincula del crimen

Amir Simplicio De Souza, un brasileño de 56 años residente en Tarragona, negó este martes haber accedido al piso en el que encontraron muerta a su expareja sentimental, el pasado 8 de enero de 2012. El hombre está acusado de asesinato con alevosía y el agravante de parentesco por haber presuntamente penetrado en la vivienda en la que residía la mujer, un sexto piso ubicado en el número 30 de la calle Caputxins, de madrugada con unas llaves que poseía. Tras acceder a la vivienda, según la Fiscalía, habría asesinado a la víctima mientras dormía “de forma sorpresiva y súbita” asestándole diversas cuchilladas con un cuchillo de cocina. Maria Rosa Monné, de 41 años y nacionalidad española, trabajaba de conserje en una escuela del barrio del Serrallo y había decidido separarse de él dos meses antes.

De Souza se desvinculó este martes del crimen durante el juicio oral, que trascurre en la Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona con jurado popular. El acusado aseguró no haber “subido nunca a la casa” de la víctima ni tampoco tener llaves para acceder a ella, aunque esporádicamente realizaba tareas de limpieza en el edificio en el que residía su expareja. Según De Souza, se enteró del crimen durante la tarde del día siguiente. “Cuando estaba en comisaría declarando me lo dijo un policía”, afirmó el acusado, que necesitó un traductor para expresarse ante el tribunal.

"Cuando estaba en comisaría declarando me lo dijo un policía”, afirmó el acusado

La pareja se había conocido en 2007 en Inglaterra y la mujer tenía un hijo y una hija de una relación anterior. Precisamente el matrimonio se habría separado tras cuatro años casados cuando la víctima descubrió que el acusado proporcionaba drogas, en concreto marihuana, a su hijo. Este en la actualidad tiene 23 años y padece esquizofrenia ocasionada por el consumo de estas substancias por lo que no podrá comparecer como testigo en el juicio, según explicó el abogado de la Generalitat, que ejerce de acusación particular. De Souza también fue juzgado hace unos días por supuestos abusos sexuales a su hijastra, de 21 años.

El hombre explicó ayer que la noche del crimen estaba pasando el fin de semana con el hijo de la víctima en un piso del barrio tarraconense de Torreforta. Según el relato del acusado, ambos acudieron a un supermercado para comprar cervezas, bebidas energéticas y una botella de güisqui. Después se dirigieron a la vivienda de Torreforta, donde según De Souza su hijastro, Adrià, no bebió alcohol aunque en un momento indeterminado de la noche salió de la casa para ir al coche del presunto asesino a buscar más cervezas. “No sé el tiempo que estuvo fuera porque me quedé dormido”, dijo De Souza, quien trató de incriminarlo afirmando que el chico es “agresivo” y sabía conducir aunque no tenía carnet. “Muchas veces había tenido que intervenir porque el hijo pegaba a su madre. A veces cuando llegaba del trabajo me encontraba a Maria Rosa encerrada en la habitación y a Adrià con un cuchillo haciendo agujeros en las puertas”, sostuvo De Souza.

El hombre explicó que la noche del crimen estaba con el hijo de la víctima 

El hombre, según explicó, había quedado el 9 de enero con su expareja para "ir al banco a liquidarlo todo". Cuando fue detenido llevaba encima una fotocopia del DNI de la fallecida, la escritura de una finca común, la partida de nacimiento y el Libro de Familia de la víctima, así como 930 euros porque tenía pensado "ir a Brasil a resolver un problema".

La Fiscalía solicita 20 años de prisión para el acusado, la prohibición de acercarse a menos de 500 metros durante 25 años a los dos hijos de la víctima así como a indemnizarlos con 150.000 euros a cada uno de ellos. Por su parte la acusación particular, ejercida por la Generalitat, además también pide para De Souza tres años de cárcel por tráfico de drogas y otros tres años más de prisión por abusos sexuales.