RTVV: Por qué No
Nos exigen la docilidad suficiente para aceptar que no hay más remedio que aprobar un texto de mínimos, cuando lo que urge es una refundación de máximos
Sí, en el Consejo de Administración hemos votado no al Contrato-Programa que tienen que subscribir RTVV y el socio único, la Generalitat. Siendo el documento donde han de concretarse los objetivos en materia de programación y política económico-financiera, lo consideramos imperfecto, basado en una situación insostenible, y no augura ningún futuro. No podemos navegar entre el deseo, la provisionalidad y la soga al cuello.
Además, no nos fiamos de la otra parte contratante, un gobierno autonómico que después de permitir el expolio y la más burda manipulación informativa, ha utilizado su mayoría parlamentaría para no dialogar y no pactar ni siquiera una ley y una cúpula directiva independiente y calidad. Que no sólo ha tolerado el saqueo, el nepotismo y la manipulación, sino que ha sido incapaz de pedir disculpas y mostrar propósito de enmienda. Un gobierno autonómico que tampoco ha exigido las responsabilidades administrativas y penales pertinentes a quienes han destruido el medio de comunicación de todos los valencianos, que era la única opción válida para saber y recuperar parte de los 1.500 millones de deuda engullidos por el agujero negro de la corrupción y la ineptitud.
Consideramos una irresponsabilidad el diseño y aprobación de un ERE, de coste desconocido, manifiestamente chapucero y presumiblemente ilegal, que pone en peligro la continuidad de las emisiones.
Ahora nos exigen la docilidad suficiente para aceptar que no hay más remedio que aprobar un texto de mínimos, cuando lo que urge es una refundación de máximos.
No hablamos de grandes partidas económicas ni de sueños irrealizables. Sabemos que, con un presupuesto realista y austero, no podremos reflejarnos en el espejo de la excelencia, pero tampoco seremos cómplices en el diseño de una RTVV de la señorita Pepis, que ni de lejos se acerca a la financiación de otras autonómicas, al menos las de lengua propia, ni mucho menos a las cadenas públicas europeas. Estamos de acuerdo en que con la desorganización y la mala gestión del viejo Ente y sus sociedades no se podía llevar a cabo un proyecto viable, pero ha faltado la voluntad política para empezar de nuevo.
Nos encontramos con una nueva empresa que se subroga una plantilla designada con criterios arbitrarios, heredera de obligaciones y deudas difíciles de cuantificar, con unas audiencias irrisorias debido al desprestigio y la falta de credibilidad y, encima, pilotada por unos cargos intermedios donde hay más de lo mismo y donde se premia incluso a responsables de la infame baremación del ERE, y a colaboradores de Vicente Sanz, acusado por un presunto delito de abusos sexuales a tres ya extrabajadoras de RTVV.
¿Cómo se puede hacer una buena radiotelevisión pública con una plantilla residual, en parte desmotivada, sin lingüistas, ni operadores de cámara, ni técnicos de control, ni un sistema potente de doblaje, ni especialistas en lenguaje de signos, con sedes en Alicante y Castelló casi desmanteladas, con una compensación económica por parte del Consejo que apenas alcanzará para unos informativos austeros y “sólo” dignos si dejaran de destilar el inconfundible aroma del NODO?
¿Cómo aprobar una externalización sin conocer la letra pequeña?
En un acto de responsabilidad, hemos colaborado y aportado criterios profesionales y cívicos a un Contrato Programa que, a pesar de las mejoras, no va más allá de una mera declaración de intenciones. El documento diseña un modelo ficticio e insostenible, condicionado por la amenaza de ir a negro en la televisión y a silencio en la radio a causa del despropósito del ERE.
No aceptamos el chantaje. El nuestro No es un Sí a la RTVV que necesitamos: en valenciano, pública, plural y de calidad.[PIEPAG]
Rosa Solbes y Xelo Miralles son vocales del consejo de administración de RTVV, elegidas por las Cortes a propuesta del PSPV.
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