‘Leo’ contra la gravedad
El actor Tobias Wegner presenta en el teatro Circo Price un viaje a nuestro mundo interior
Leo se encuentra encerrado en una habitación con paredes rojas y azules. Para entretenerse cuenta con la peculiar destreza de trepar por las paredes desafiando la ley de la gravedad. El joven está solo pero una tiza le ayuda a dibujar un mundo para sobrevivir: una silla, una mesa, una ventana, flores… Incluso, cuenta con una maleta para marcharse. Pero por alguna razón no puede. Leo está atrapado en sí mismo.
Este es el argumento de Leo, un espectáculo de una hora protagonizado por el actor alemán Tobias Wegner y que se presenta en el teatro Circo Price desde ayer hasta el domingo.
“La obra es un viaje para encontrarse a sí mismo. Leo es un chico normal al principio, que se va viendo atrapado en una caja llena de cosas materiales”, explica Wegner, que también ha sido el creador de la idea.
El espectáculo transcurre en dos planos. De un lado está, en tiempo real, Leo en su habitación. A continuación hay una pantalla que refleja cada uno de sus movimientos. Pero la imagen ha sido rotada 90 grados. De modo que cuando el joven está acostado en el suelo, en el espacio real, puede verse apoyado en la pared cuando es proyectado en la pantalla.
“La gravedad va cambiando y, conforme eso ocurre, Leo va descubriéndose a sí mismo y se da cuenta de que puede hacer cosas de las que no se creía capaz”, comenta Wegner.
Leo tiene que ver con la magia y con el sentimiento de que la falta de gravedad nos lleva a la libertad. “Al final se trata de la búsqueda de la libertad personal y de la libertad de pensamiento”, explica este joven cuya obra ya ha ganado tres premios internacionales.
A pesar de que el personaje esté virtualmente, solo cuenta con una tiza con la que dibuja todo lo que necesita. Así puede sentarse a pensar en una silla, o subirse a bailar sobre la mesa. La maleta, su billete hacia la libertad, es capaz de producir una variedad de cosas increíbles como un musical de Frank Sinatra o, incluso, puede ponerlo a bailar ballet.
Para este berlinés, el concepto es sencillo y se trata de una metáfora de la mente humana. El actor cree con convicción que su obra es un reflejo de nuestra sociedad y que puede ayudar a la gente a ser consciente de las trampas en las que nuestros propios pensamientos nos ponen. “A veces de la nada podemos crear mucho y es la influencia externa la que nos controla y nos mantiene en cierta forma atrapados en nuestras casas o en nosotros mismos”, dice Wegner.
La idea surgió hace muchos años cuando Wegner era joven. Recuerda que era muy aficionado a los trampolines y a las camas elásticas y, de alguna u otra forma, quería transmitir ese sentimiento en el teatro. La gravedad va cambiando y va descubriendo un nuevo interior en sí mismo.
Wegner quiere dejar muy claro que Leo habla sobre la libertad de pensamiento y que es una metáfora de la mente humana. “No nos damos cuenta de cómo lo material nos encarcela”.
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