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Adiós del Primavera en las salas

La fiesta diurna en la Ciutadella, Barts y los dos Apolos despiden el festival

Multitudinacio Primavera Sound 2013 como se aprecia en un concierto  de la madrugada del domingo en el Fórum
Multitudinacio Primavera Sound 2013 como se aprecia en un concierto de la madrugada del domingo en el Fórumgianluca battista

Sí, quedamos en que el festival se había acabado, pero el Primavera Sound ya tiene tanta entidad que solo se había finiquitado el que se celebra en el Parque del Fórum. Allí no volverán los amaneceres con música hasta el año que viene, cuando vuelva a sus fechas tradicionales, más avanzado mayo. Puede que así se eluda el frío, uno de los protagonistas ambientales de esta edición que ayer acabó definitivamente. De la misma manera que el pasado año tuvo lugar una fiesta de clausura al aire libre, en el Arco del Triunfo, en esta ocasión le tocó a las salas Apolo, Apolo 2 y Barts recoger la despedida, ya definitiva, del Primavera Sound 2.013.

Si a eso sumamos la fiesta, ésta sí al aire libre, que había tenido lugar a mediodía del domingo y primeras horas de la tarde en el parque de la Ciutadella, nos encontraremos ante un festival que en cierto modo vuelve a sus orígenes, al escampar sus actividades por toda la ciudad. Parece que el Primavera no cabe ni en el mismísimo Fórum.

Al atardecer de ayer, Alberto Guijarro, director del Primavera, salía de la sala Barts, donde había comenzado el primer concierto de la noche, el de los escoceses The Orchids. “Habrá ya unas trescientas personas dentro”, decía satisfecho, para añadir “es que el público no se cansa de festival, no se cansa de conciertos y los extranjeros cada vez vienen antes”. Según datos de Guijarro, el lunes ya se notaba la llegada de extranjeros en la ciudad para asistir al festival, el miércoles, en la fiesta de apertura del Fórum, ya había unos 7.000. Y los que ayer noche estaban en Barts, son unos cuantos que alargan un poco más su estancia en Barcelona.

Tras la experiencia del miércoles, cuando acabada la sesión en el Fórum una multitud quiso seguir con la música en Apolo, la sala se demostró incapaz de absorber tal demanda, “las colas llegaban hasta la gasolinera del Paral·lel y vete a saber, igual tenemos que pensar programar en más salas para dar cabida a todos aquellos que el miércoles se quedaron sin entrar”, añadió el promotor antes de dirigirse a comer un bocadillo: “es que aun no he comido”, dijo a modo de despedida.

El éxito del festival

Mientras tanto en el interior de Barts, frente del Apolo, en ese Paral·lel que revive con el festival, los escoceses The Orchids ofrecían su aseadísimo concierto. Bien, es un tópico, pero los escoceses parecen sudar melodías, y se antojan incapaces de explicar una buena historia de amor sin cantarla. Tienen además un leve toque melancólico, el tópico lo atribuiría a la lluvia y a los prados siempre húmedos, de suerte que hacer canciones estimables no les cuesta esfuerzo alguno. Y eso es lo que mostraron, con unos cuantos estribillos estupendos, interpretados con ese aspecto propio de un señor mayor que parece estarse todo el día cantando en un pub. Y por encima de todo, lo que quedó claro es que tienen un oficio tremendo que les permite sonar como relojes. Un concierto francamente estimable.

Tras una corta pausa de tiempo para realizar los preceptivos cambios de escenario, la desnudez de Julie Doiron tomó el relevo de los escoceses. La afluencia de público se había incrementado, especialmente las butacas del anfiteatro, en una prueba más de que tres días de Fórum cansan al más atlético de los espectadores. También se ha de reconocer que la música de la canadiense se acomoda a la escucha en butaca, un folk rock relajado que de tanto en tanto se torna abrupto pero que siempre mantiene el tono dulce servido por la voz. Julie, guitarra, compareció con un segundo guitarra, dejando sus canciones sostenidas por doce cuerdas, sin ritmo y mucha voz. Una pequeña delicia con cierto deje sombrío que recordó, en más pequeño, los celebrados conciertos del Auditori del Fórum, allí donde el Primavera se hace grande.

Más tarde, es ese mismo escenario se esperaba a Sr Chinarro, quien tenía previsto realizar una actuación acústica que esta vez sí se podría ver, y no como en la víspera, cuando tuvo lugar en un escenario acústico del Fórum celebrado en una especie de caja impenetrable para más de 30 personas. Como final de fiesta, en Barts, Come cerraría una noche que seguiría en Apolo. El año que viene más, mucho más.

 

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